El exprocurador Jesús Murillo Karam se queda en prisión, así lo determinó el Juez de Control Marco Antonio Fuerte Tapia al considerar como válidos los argumentos de la Fiscalía General de la República (FGR) sobre que el exfuncionario cuenta con recursos suficientes para fugarse. La dependencia lo acusa de los delitos de tortura y desaparición forzada en el caso Ayotzinapa.
En una audiencia de más de 12 horas, el Juez consideró que hay elementos suficientes del riesgo de fuga, pues dijo que se trata de una figura de alto perfil y que la Fiscalía entregó indicios objetivos que hacen suponer que puede abandonar el país, porque tiene vigente su pasaporte. Además, hay antecedente de que ha salido del país en vuelos privados y que cuenta con solvencia económica para hacerlo. Las altas penas de los delitos que se le imputan pueden influir en la decisión de querer huir.
Durante la audiencia en el Reclusorio Norte, la Fiscalía acusó al exprocurador Jesús Murillo Karam por delitos de tortura y de administración de la justicia –en calidad de intelectual– y hasta de desaparición forzada –en calidad de autor material– en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
La dependencia, a cargo del Fiscal Alejandro Gertz Manero, solicitó al Juez que le diera prisión preventiva justificada, porque existía el riesgo de fuga ya que Murillo tiene cinco casas: en Hidalgo, Ciudad de México y Guerrero.
Por su parte, la defensa de Murillo Karam solicitó la duplicidad del término de plazo Constitucional para la audiencia de vinculación a proceso, por lo que la siguiente audiencia se realizará el próximo miércoles 24 de agosto a las 8:00 horas. Ahí se decidirá su situación jurídica. Hoy, los abogados defensores salieron sin dar declaraciones.
LA AUDIENCIA
Los representantes de la FGR habían argumentado que Murillo Karam debía permanecer en prisión hasta que se resuelva su situación, ya que tiene la solvencia suficiente para abandonar el país, pues tiene cuentas bancarias en México y Estados Unidos por hasta 85 millones de pesos.
En su explicación, los representantes de la FGR recordaron el antecedente de Tomás Zerón, el extitular de la Agencia Federal de Investigación que hoy se encuentra prófugo en Israel, un país sin convenio de extradición con México, y también señalado en el caso Ayotzinapa.
Por su parte, Murillo Karam dijo que el tiempo que tendrá la defensa desde hoy al miércoles servirá para analizar el expediente y ver cosas “que puedan probar claramente qué pasó y cómo pasó”, todo esto desde su asiento, en donde lo acompañaban tres abogados.
El Juez dictó un breve receso de 20 minutos, que amplió a uno de dos horas, para continuar con el debate de las medidas cautelares. Pasadas las 19:00 horas, la audiencia se reanudó con los alegatos de la defensa.
“Ando tan mal que no le doy confianza a mis abogados”, dijo el exprocurador Jesús Murillo Karam, al reservarse su derecho de declarar en la audiencia inicial del sábado.
Durante el debate de las medidas cautelares, donde la Fiscalía pide prisión preventiva justificada, la defensa de Karam solicitó una medida alterna, que fracasó.
Los abogados alegaron el mal estado de salud del exprocurador, quien tiene enfermedades crónicas como hipertensión arterial, insuficiencias vascular cerebral, y enfermedad pulmonar crónica (por fumar), para pedir que el proceso lo lleve en libertad sólo con una firma periódica y la entrega de su pasaporte para que no pueda huir del país. Pero el Juez no concedió estas medidas.
Para tal efecto, presentó a un médico internista que ha tratado las enfermedades crónicas de Murillo Karam desde hace años. La Fiscalía revirtió y refutó el argumento. Primero preguntó al médico cuánto tiempo lleva con las enfermedades. El médico respondió que con hipertensión tenía al menos 25 años y con la enfermedad pulmonar unos 10 años.
Al respecto, la Fiscalía aludió que las enfermedades no son motivo suficiente para que no le den prisión preventiva, porque ya las tenía cuando era Procurador y le permitieron desempeñar un cargo de alto nivel, que incluso conlleva escenarios hostiles, así que no deberían ser pretexto, argumentaron.
En punto de las 20:30 horas, el Juez de control dictó un breve receso para valorar los argumentos de la Fiscalía y defensa y determinar la medida cautelar a Murillo Karam. Al regresar, cerca de las 22:00 horas, definió la prisión preventiva para el exfuncionrio Peñista.
La defensa también argumentó la edad de Murillo Karam –74 años– para que, en caso de que dicten privación de la libertad como medida cautelar, que ésta sea arraigo domiciliario. Ninguna de estas explicaciones funcionó para convencer al Juzgador federal.
El exprocurador Murillo Karam compareció prácticamente durante todo el sábado ante un Juez de Control en el Centro de Justicia Federal para ser imputado por presuntos delitos cometidos en el caso Ayotzinapa, en especial de la tortura en contra de seis integrantes de Guerreros Unidos, la organización criminal que desapareció a los 43 normalistas.
Los representantes de la Fiscalía General de la República (FGR) señalaron durante la audiencia que Murillo Karam había organizado una reunión, o “cónclave”, para fraguar la entonces llamada “verdad histórica” sobre el caso Ayotzinapa, que postulaba la incineración de todos los normalistas en el basurero de Cocula.
En la reunión, realizada en Iguala, habrían participado, entre otros, Omar García Harfuch, hoy Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y en aquel momento delegado de la extinta Policía Federal en Guerrero.
Las autoridades federales detallaron que el cónclave habría ocurrido el 7 de octubre de 2014, una semana y media después de la desaparición de los estudiantes. Otros participantes incluyen al entonces Gobernador guerrerense, Ángel Aguirre; Tomás Zerón, titular de la Agencia Federal de Investigación y hoy prófugo del Gobierno mexicano en Israel; así como de Gualberto Ramírez Gutiérrez, entonces Fiscal especializado en delitos de secuestro.
Apenas el pasado 28 de Julio, García Harfuch negó en entrevista con “Los Periodistas” haber estado en la noche que desaparecieron los estudiantes normalistas.