Días después del histórico fallo de Corte Suprema de Estados Unidos que revocó el derecho al aborto, 13 estados empezaron a legislar al respecto. Ayer, el máximo tribunal de Texas restauró una ley de 1925 que prohíbe la interrupción del embarazo.
La polémica que esto generó creció en la entidad.
Un juez de Houston ordenó a principios de esta semana que algunas clínicas podían reanudar temporalmente los abortos en embarazos de hasta seis semanas de gestación.
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, pidió de inmediato al máximo tribunal del estado, que cuenta con nueve jueces republicanos que suspendiera temporalmente la orden.
Estas leyes son confusas, innecesarias y crueles”, manifestó Marc Hearron, abogado del Centro de Derechos Reproductivos.
La norma aprobada ayer establece una pena de hasta cinco años de cárcel para aquellos médicos que ayuden a una mujer a abortar.
Además, prohíbe el aborto en caso de incesto o violación y sólo lo permite en caso de que la vida de la madre esté en peligro.
La ley de 1925 entró en vigor antes de que, en 1973, el Tribunal Supremo estableciera que los estados no podían interferir en la decisión de una mujer sobre su embarazo en la sentencia Roe vs. Wade.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró ayer a un grupo de gobernadores estatales del Partido Demócrata que la batalla por el derecho al aborto todavía “no ha terminado” y que tiene intención de hacer todo lo posible para integrarlo en la legislación del país revocando si hace falta la regla del filibustero, principal herramienta de la conservadora oposición republicana para anular el proceso en el Congreso de EU.
Para ello, el presidente resaltó la importancia de las elecciones legislativas de noviembre, donde los demócratas necesitarían la mayoría en la Cámara de Representantes y al menos dos votos más de los 48 que tienen en el Senado para intentar eliminar esa regla.
Excelsior