En 2021, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) le prometió a las familias de niños con cáncer realizar auditorías que pudieran darles a conocer el destino final de los medicamentos oncológicos que eran enviados al estado de Veracruz, porque, aunque se reportaba el surtido, se presentaban deficiencias en el Hospital de Alta Especialidad de Veracruz y la Torre Pediátrica.
Los resultados de todas las auditorías demostraron que había una mala distribución: 884 mil piezas de medicamentos tienen una caducidad menor a nueve meses.
Asimismo, la Contraloría General inició un proceso, ya que en 2019 caducaron medicamentos oncológicos en el Hospital General de Alta Especialidad. El daño de este descuido fue aproximadamente de cuatro millones de pesos.
De acuerdo con lo explicado por el gobierno local, los medicamentos llegaban al almacén, pero no eran entregados a los hospitales con pretextos, entre ellos la falta de transportes para el traslado de los productos y los trámites para los gastos de traslado de los empleados.
“Hay vehículos que son desmantelados, les cambian las llantas y les ordeñan el combustible”, señaló un entrevistado anónimo.
Fue así como el almacén central de Xalapa estaba rebasado en su capacidad con un gran volumen de medicamentos oncológicos y de alto costo.
Sandra Arellano, subdirectora de Planeación de Suministro de Medicamentos y Material de Curación, aseguró que hubo un rastreo de claves de medicamentos oncológicos, de las que no hubo coincidencia en el inventario electrónico con las piezas en físico.
En ese momento, la administración estaba a cargo de Claudia Aguilar, quien acumuló denuncias, pero pasaron nueve meses hasta su salida definitiva.
Por su parte, la senadora panista Indira Rosales exigió a las autoridades de Salud que den a conocer los motivos por los cuales esos medicamentos no se repartieron.