El clérigo ultraconservador y jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisí, ganó las elecciones presidenciales de Irán con casi 18 millones de votos, según informó este sábado, un día después de los comicios, el Ministerio iraní del Interior.
El titular de Interior, Abdolreza Rahmaní Fazlí, anunció en rueda de prensa que Raisí obtuvo 17 millones 926 mil 345 votos del total de 28 millones 933 mil 4 sufragios depositados, es decir, un 61.96 por ciento.
Estaban convocados a las urnas más de 59 millones de iraníes, por lo que la participación fue del 48.8 por ciento, la más baja de todas las presidenciales celebradas en la República Islámica.
Los otros tres candidatos eran Mohsen Rezaí, que obtuvo 3,4 millones de votos; Abdolnaser Hematí, que logró 2,4; y Amirhosein Qazizadeh Hashemí, que rozó el millón. El resto de sufragios (más de 3,7 millones) fueron inválidos, indicó el ministro.
Antes del anuncio oficial de los resultados, los tres rivales de Raisí en los comicios reconocieron su derrota y felicitaron al clérigo rigorista, que está bajo sanciones de Estados Unidos.
Hematí, el único candidato moderado y exgobernador del Banco Central, expresó en un mensaje en Instagram su esperanza de que el próximo Gobierno, que tomará posesión en agosto, “mejore la situación de la población y genere orgullo para la República Islámica“.
También felicitaron a Raisí el presidente Hasan Rohaní, y el presidente del Parlamento iraní, Mohamad Baqer Qalibaf, así como los mandatarios de Rusia, Vladímir Putin, e Irak, Barham Salih, entre otros.
En las presidenciales celebradas ayer, estaba clara la victoria de Raisí debido a la debilidad de sus contrincantes y la descalificación previa por parte del Consejo de Guardianes de algunos candidatos de peso del sector reformista y moderado.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, elogió la “épica” participación popular en las elecciones y afirmó que el “principal ganador” de la votación es la nación iraní.
También subrayó que la voluntad del pueblo de acudir a las urnas no se vio afectada por la pandemia y por los llamamientos a la abstención, aunque la realidad es que la participación fue baja para los estándares del país.
López-Dóriga Digital