Los líderes de la OTAN iniciaron este lunes su cumbre en Bruselas en la que esperan abrir un “nuevo capítulo” de cooperación transatlántica para hacer frente a retos como la tensión con Rusia o la pujanza de China, pero también los cambios necesarios para ser una organización más competitiva.
“Cuando estamos juntos, podemos superar cualquier amenaza a nuestra seguridad. Hoy abrimos nuevo capítulo en las relaciones transatlánticas con la Agenda 2030, una agenda para el futuro”, indicó el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, al inicio del Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de toma de decisiones de la OTAN, en formato de jefes de Estado y de Gobierno.
Stoltenberg declaró que la organización se encuentra en un momento “crucial” marcado por una “competencia geopolítica creciente, inestabilidad regional, terrorismo, ciberataques y el cambio climático“.
“Ningún país y ningún continente pueden afrontar estos desafíos solos. Pero Europa y Norteamérica no están solos, estamos juntos en la OTAN“, enfatizó.
El secretario general aliado puso en valor que los líderes sentados a la mesa representan a “30 de las democracias más fuertes del mundo”, que suman juntas a cerca de mil millones de personas, la mitad del poder económico mundial y más de la mitad de la fuerza militar del globo.
Por su parte, el primer ministro belga, Alexander De Croo, como líder del país que alberga la cumbre, tomó la palabra antes de iniciarse la sesión a puerta cerrada y destacó que la Alianza “sigue siendo crítica para nuestra seguridad y libertad, tanto para Europa como para Norteamérica”.
Confió en que los jefes de Estado y de Gobierno “renueven” la Alianza como una “comunidad de valores tras un periodo difícil”, confiando en que “lo peor” de la pandemia de COVID-19 haya quedado atrás.
A su llegada al cuartel general de la Alianza, el presidente estadounidense, Joe Biden, destacó igualmente que la organización es “muy importante” para los intereses de su país, y dejó claro que el artículo 5 sobre la defensa colectiva, la piedra angular de la OTAN, se mantiene como “una obligación sagrada”.
Antes de comenzar su reunión los 30 mandatarios, que fueron llegando a la sede aliada a lo largo de la mañana, figuraron en una foto de familia en la que pudieron liberarse brevemente de sus cubrebocas, atuendo obligado por la crisis sanitaria.
A continuación caminaron brevemente por el gran vestíbulo acristalado del edificio, donde se detuvieron para observar una proyección en un gran prisma con los principales retos a los que hace frente la Alianza y que se abordarán en esta cumbre.
Principalmente, cómo la OTAN puede responder mejor a la tensión con Rusia, la marcha de las tropas aliadas de Afganistán tras 20 años, la rivalidad militar de China o los efectos del cambio climático para la seguridad.
López Dóriga Digital