Peña Colorada y el Cerro del Cimatario pierden día con día su capacidad de absorción y control de escurrimientos pluviales por lluvias, esto debido al crecimiento acelerado de la mancha urbana de la ciudad de Querétaro, consideró la ambientalista América Vizcaíno.
Consecuencia de esta situación, dijo, son las fuertes inundaciones en calles, avenidas y viviendas, principalmente en áreas bajas de la ciudad, puesto que la construcción de edificaciones, zonas habitacionales, avenidas, e infraestructura urbana, han acabado paulatinamente con la regulación natural del clima y de las precipitaciones, función que cumplían ampliamente Peña Colorada y el Cerro del Cimatario.
Al no existir infraestructura de contención de avenidas pluviales, cómo presas y bordos en partes superiores de estas áreas naturales; así como el deterioro de la destrucción de la masa vegetal en estas dos zonas, las aguas de las lluvias azotan a la ciudad, provocando que ni los drenajes ni los drenes puedan contener tan amplio caudal, y se ven rebasados a tal grado que resulta en su desbordamiento, y por consiguiente estos escurrimientos anegan todo lo que encuentran a su paso.
Asimismo, la construcción de proyectos urbanísticos en zonas donde naturalmente discurre el agua, así como también los asfaltos y concretos imposibilitan la absorción de los escurrimientos por medio del tezontle y otras tierras de filtración natural del subsuelo de estados áreas naturales protegidas, cuyas aguas no llegan a los mantos freáticos y por consiguiente ya no se puedan almacenar dejando que corran y se acumulen sobre las viviendas e inmuebles, con los estragos que ello conlleva.
«Las inundaciones se van a ir dando cada vez con mayor problema, conforme la masa forestal se va destruyendo, y se urbanizan estos lugares (Peña Colorada y Cimatario), porque se ha construido concreto, cemento, y asfalto sobre un suelo que antes infiltraba el agua, ahora el agua baja como terraplén muy rápido hacia la ciudad», puntualizó.
Por ello, expresó que la infraestructura hidráulica de la ciudad resulta insuficiente para contener tal cúmulo de escurrimientos pluviales, pues el problema de fondo es la sobresaturación de inmuebles viviendas y desarrollos urbanísticos en las inmediaciones de estas dos áreas naturales protegidas..
– Víctor González
