Miles de pequineses hacían fila este jueves en la capital China para hacerse el test del nuevo Coronavirus a raíz del foco surgido en Pekín que, según las autoridades, está “controlado”.
El ministerio chino de Salud reportó 21 nuevos casos en las últimas 24 horas en la ciudad de 21 millones de habitantes, con lo que se han reportado 158 casos desde la semana pasada.
La vida había recuperado el pulso en Pekín después de dos meses sin ningún caso. Pero la aparición hace unos días de un nuevo foco infeccioso ha reactivado las alarmas.
La epidemia en la capital está “controlada”, aseguró el virólogo jefe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Wu Zunyou.
“Esto no quiere decir que no vaya a haber nuevos casos mañana. Pero (…) serán cada vez menos numerosos”, aseguró.
Se sospecha que el nuevo foco de contagios estaba situado en el mercado mayorista de Xinfadi, principal fuente de suministros de la capital.
Para evitar el desabastecimiento de frutas y verduras, la provincia de Hebei, situada en torno a Pekín, ha enviado 3 mil toneladas de hortalizas, aseguró el jueves a la prensa el portavoz del ministerio de Comercio, Gao Feng.
Las reservas nacionales también sacaron al mercado 10 mil toneladas de carne de cerdo, la más consumida en el país, agregó.
Las autoridades locales han emprendido desde hace unos días una enorme campaña de diagnóstico de los habitantes y la desinfección de restaurantes.
Una treintena de zonas residenciales, de las miles que hay en Pekín, están en confinadas y los colegios han sido cerrados hasta nueva orden.
El jueves, decenas de personas hacían fila pacientemente para someterse a test de diagnóstico ante el Estadio de los Trabajadores, en el este de la ciudad, un recinto que recibe habitualmente al equipo de fútbol local, constató la AFP.
Muchos son empleados de los restaurantes y los comercios vecinos.
“De todas formas, quería hacer el test y mi empleador me ha dicho que todo el personal del centro comercial donde trabajo tiene que hacérselo”, explicó Pang, una dependienta de 24 años.
“No tenemos muchos clientes en los últimos días, la gente tiene miedo de salir”, dijo por su parte Wang, cocinero en un restaurante que también hacía fila.
Bares y restaurantes del animado barrio de Sanlitun recibieron la consigna de cerrar y los empleados de someterse a test de diagnóstico, según pudo saber la AFP.
La municipalidad instó a sus habitantes a que se abstengan de viajes “no esenciales” fuera de Pekín y se han reducido drásticamente las conexiones aéreas.
Las personas que viven en las denominadas zonas de “riesgo medio o alto” tienen prohibido salir de la ciudad.
Se trata de “bloquear completamente los canales de transmisión de la epidemia y no de un cierre” de la capital dijo el jueves Pan Xuhong, responsable municipal.
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