La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) recibió este lunes a la nueva ministra Margarita Ríos-Farjat, quien cubre la vacante que dejó Eduardo Medina Mora tras su renuncia.
Ríos-Farjat, quien fue elegida por el Senado por un período de 15 años, dio a conocer cuál será su postura dentro de la Corte en el espacio de Radio Fórmula de Joaquín López-Dóriga.
La Corte para mí es algo maravilloso, la he vivido desde que era niña”, reveló.
La ahora ministra reveló que estudió Derecho pero que tuvo dudas vocacionales y quiso acercarse al mundo desde todas las disciplinas posibles como una forma integral de acercarse a la realidad.
Recordó que el Derecho regula las actividades humanas y nuestras conductas, de allí su importancia.
Pese a que el inicio de sus labores profesionales se dio en Monterrey, sus actividades se diversificaron cuando comenzó en el ejercicio profesional, pues tenía responsabilidades en diversas entidades.
Aunque sí, soy una abogada de Monterrey”, enfatizó.
Aseguró que desde que elaboró su tesis de doctorado, se enfocó en las políticas públicas.
Mi doctorado es en Políticas públicas y mi tesis es una visión de cómo las instituciones inciden en las políticas públicas y yo profundicé en la Suprema Corte, institución que ya conocía, para estudiar a la Institución y al Derecho mismo desde un enfoque democrático para ver desde allí cómo ha sido la intervención de la Suprema Corte en las políticas públicas. No es que tengamos la tesis de que la Suprema Corte diseñe políticas públicas porque la Corte no debe intervenir sin embargo, el estudio que es más filosófico, muestra cómo si incide no de manera deliberada”, comentó.
Ríos-Farjat surgió como uno de los perfiles del gobierno federal, lo que podría ser un aspecto que marcará su labor. Cuestionada al respecto, la ministra explicó:
Comprendo que puede ser una duda válida, yo misma en mi juventud la he llegado a tener sin embargo, con el paso de los años me he convertido en una persona autónoma en todos los aspectos de mi vida, en mis decisiones y en mis pensamientos. Entiendo que la autonomía es una forma de ser. La independencia radica en la disposición del espíritu, no en una procedencia. En todas partes existen intereses pero es justo por eso que señalo que el tema no es de donde se procede sino con qué disposición de espíritu se enfrentan las cosas”
“En este sentido a mí no me queda ninguna duda de que voy a continuar siendo la persona autónoma que siempre he sido siempre y soy muy sensible a la preocupación social”.
“La constitución marca que es una facultad que el Ejecutivo prepare las ternas para los ministros y es lógico que proponga personas en las que él tiene alguna visión sobre su capacidad pero es algo que va más allá, es un tema que, en general, los presidentes se han tomado muy en serio”.
Explicó que confía en que los ministros en la SCJN han llegado allí por su trabajo y su desempeño.
A mis compañeros que me han precedido en el pleno no los veo como designados por alguien sino que su trabajo habla por ellos mismos y ha habido muy buenas elecciones en ese sentido”.
“Hay que pensar en la Constitución como un marco institucional sano, sólido con esas decisiones políticas que se tomaron cuando se hicieron las reformas judiciales de 1995 y que abonan a los sistemas de pesos y contrapesos y las colaboraciones del Estado.
“Yo dejaría que el trabajo vaya hablando y hay que colaborar más en términos sociales con la finalidad de hacer un país mejor”.
Indicó que la Corte no es un organismo autónomo; sin embargo, como parte de un poder, es un contrapeso que no se puede convertir en un obstáculo, pues esto podría frenar el desarrollo del país.
La Corte no es un organismo autónomo, la Corte depende de otro poder. En ese sentido, la Corte es un contrapeso porque, por ejemplo, el poder judicial por disñeo de la distribución del diseño de poderes es contrapeso de otros pero no debe ser un tema de oposición porque eso no es un contrapeso, sino que eso, al contrario, puede frenar el desarrollo del Estado”, aseguró.
“Yo creo que este país puede crecer más y puede ser mucho mejor, pero creo que, en general es muy buen país creo que vivimos bien y en ese sentido también creo que hay que verle lo bueno a lo que hemos hecho con nuestras instituciones y con nuestra convivencia social y nuestros valores”
La nueva ministra concluyó haciendo un llamado a la sociedad a preocuparse más por el prójimo como un valor sociológico, no solo moral, para ayudar a los demás y salir adelante.
Tal vez nos falte ese elemento fundamental, sociológicamente valioso que es la solidaridad social”, indicó.
“A veces funcionamos de manera egoísta, solo privilegiamos nuestros intereses por ello, no como retórica sino como pragmatismo sí se requiere que reflexionemos porque estamos todos en este país juntos. Todas nuestras acciones tienen impacto en otros ciudadanos y cuando lo que hacemos afecta a la colectividad se convierte en un tema delicado”, puntualizó.
Con información de Excélsior