En su mensaje durante la Misa Dominical en la Catedral de Querétaro, el padre Rafael Gavidia Arteaga hizo un exhorto a los fieles católicos para defender a la familia conformada por padre madre e hijos, por ser la institución donde se ejercen los valores más humanos, pero que ahora se ve inmersa en desafíos sobre su existencia tal como se conoce de manera tradicional.
Aseguró que hoy en día el reto de las familias es superar las circunstancias de desintegración y la idea de integrar familias bajo nuevos modelos, de los cuales consideró han distorsionado y trastocado el concepto tradicional por el modelo de “formas de convivencia”, es decir ya no es familia tradicional papá, mamá e hijos, mejor, aseguró, se les dice formas de convivencia más fácil, menos complicado, menos compromotedor y sin estabilidad.
Durante la interpretación del mensaje de la homilía dominical, recordó los ejemplos de la familia de Nazaret, de José, María y Jesús, una familia que tenía problemas, que tenía preocupaciones como el temor a caer en el asedio del mal, señaló que Jesús, es decir Dios, decidió manifestarse en una familia común como las que integran la mayoría de la sociedad queretana, para expresar su amor, su humanidad, es por ello que recalcó que Dios siempre se hace presente en todas las familias, a través de diversas manifestaciones.
De ahí que instó a defender a la familia tradicional, por que en ella se ejercen los valores más fundamentales,siendo la familia el laboratorio de la humanización, lugar donde se humaniza a sus miembros en todos sentidos, donde cada integrante crece, se desarrolla, se alimenta, se protege, institución dónde se van construyendo relaciones interpersonales sanas, pero también en su seno se reconocen y atienden sus problemas, sus desacuerdos, en donde no se niegan la realidades por más que éstas sean desfavorables para uno o varios de sus integrantes.
La familia de Nazareth, recalcó, representa a la mayoría de las familias, pues aseguró que Dios puso a su misma familia como ejemplo, como testimonio viviente de que es posible construir relaciones interpersonales sanas, maduras, llenas de amor y que estos valores esto irradian a las demás personas de un determinado grupo social.
“Es un signo claro de que él (Dios) estaba realmente metido en la vida de la familia, y que no huyó de esa realidad, sino que al contrario, le dio sentido sentido a la familia, y nos deja ver que en la familia es el presente el mismo Dios con todas sus situaciones y con todos sus problemas que pueda tener una familia pero a ello no podemos huir Y aunque muchos no les guste es el mejor hábitat para que aquel o aquella se puedan desarrollar y de eso tenemos que ser conscientes nosotros y tenemos que trabajar y luchar constantemente para que se puedan crear vínculos familiares sanos y que realmente nos haga madurar como personas”, finalizó.
-Víctor González