El 17 de diciembre de 2014, La Habana y Washington sorprendieron al mundo con un acercamiento histórico tras medio siglo de confrontación.
Hoy, cinco años después resurge el riesgo de una nueva división, admitieron funcionarios de ambos países.
La relación cayó a un punto muy bajo, y puede agravarse aún más”, afirmó Carlos Fernández de Cossío, director general para Estados Unidos de la cancillería cubana.
En este sentido, coincidió con Carrie Filipetti, jefa del Departamento de Estado de Estados Unidos a cargo de Cuba y Venezuela.
Es difícil imaginar que la relación mejore, a menos que el gobierno cubano tome medidas concretas y permita voces disidentes, respete los derechos de su gente y detenga sus actividades maliciosas en la región”, afirmó.
Las sanciones siguen: prohibición de viajes de crucero desde Estados Unidos, limitación de las remesas de cubanos a sus familiares en la isla. También la activación de leyes que complican la inversión extranjera en la isla y multas a entidades financieras que participan en operaciones.
Tras la salida del expresidente Barack Obama, ha habido consecuencias definitivas en la relación.
Los cubanos tienen parte de responsabilidad, perdieron la oportunidad de la apertura con Obama. Por el contrario, los conservadores en Cuba endurecieron su posición, se cerraron más, se volvieron más aprensivos porque se sintieron amenazados”, subrayó Michael Shifter, titular del centro de análisis Diálogo Interamericano.
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