El equipo del profesor Eric Gowans y la doctora Branka Grubor de la Universidad de Adelaida desarrollan una sustancia que previene la infección por Zika; ya ha sido probada en ratones
CIUDAD DE MÉXICO
Un equipo de científicos de la Universidad de Adelaida logró avances sustanciales para el desarrollo de una nueva vacuna contra el virus Zika, la cual llevaría a eliminar la enfermedad en el mundo.
El equipo, dirigido por el profesor Eric Gowans y la Doctora Branka Grubor-Bauk, y asentado en el Instituto Basil Hetzel para la Investigación Transnacional de la Salud, desarrolló la vacuna, que previene la infección por Zika en modelos preclínicos de la enfermedad, al menos en ratones.
Este hallazgo demuestra por primera vez que las vacunas protectoras de células T contra el Zika son alcanzables, destacó la doctora Grubor-Bauk, oficial superior de investigación de la Facultad de Medicina de Adelaida.
El descubrimiento, además, cambia el enfoque de la vacuna de la envoltura viral y de las vacunas basadas en anticuerpos, a la vacunación basada en células T.
Nuestra vacuna tiene una ventaja sobre otras vacunas en desarrollo al eliminar las preocupaciones actuales en el campo respecto a potenciar la infección después de la exposición al virus del dengue”, explicó Grubor-Bauk.
El zika es un “flavivirus” transmitido por mosquitos que puede causar microcefalia y defectos congénitos graves en bebés nacidos de madres infectadas. La introducción de una vacuna eficaz contra el virus evitará la infección de las mujeres embarazadas y los efectos congénitos resultantes en el feto.
“El virus del Zika es extremadamente perjudicial si la mujer está embarazada y no ha habido terapia o vacuna disponible hasta ahora”, apuntó Grubor-Bauk.
Si podemos avanzar en este trabajo e inmunizar a las mujeres en edad reproductiva y con mayor riesgo, podemos detener los efectos devastadores de la infección por Zika durante el embarazo y marcar una gran diferencia en la salud de la comunidad mundial”, resaltó la especialista.
Los resultados se publicaron esta semana en la revista internacional Science Advances. El estudio lleva años en desarrollo y se realizó en colaboración con el eminente investigador mundial Dan Barouch.
Excélsior.