El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, reconoció que ha habido casos de abusos y excesos policiales durante las protestas en su país, y se mostró abierto a realizar cambios en la actual Constitución.
Sobre la posibilidad de modificar la Constitución, creada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y modificada varias veces a lo largo de la vuelta de la democracia, Piñera se mostró favorable a los cambios.
«Por supuesto que estamos dispuestos a discutir cambios; de hecho, estamos preparando un proyecto de cambios a la Constitución para poder actualizar y tener nuestra propia propuesta», señaló, según reporta el diario La Tercera.
Una idea que, sin embargo, queda a medio camino de la demanda social que se exige en las calles: una nueva Carta Magna y no una actualización de la existente.
La ciudadanía hace ya tres semanas que sale a diario a manifestarse contra la desigualdad social que existe en Chile en masivas protestas en todo el país, pidiendo cambios en el modelo liberal de Chile en materias como pensiones, salud, educación, transporte, costes de los servicios básicos o los medicamentos.
A las peticiones concretas, con el paso del tiempo, se sumó la idea de que el país necesita una nueva Constitución, más allá de pedir la renuncia del mandatario.
«Los cambios a la Constitución tienen que ser más profundos y más intensos de lo que pensaba hace algunos años atrás. No quiero comprometerme con plazos, pero tengo claro que hay un sentido de urgencia. Esto es para ahora», indicó el Mandatario.
En ese sentido, Piñera señaló varios puntos que la actual Carta Magna chilena necesitaría actualizar.
El Mandatario además reconoció que la actuación de las fuerzas de seguridad han derivado en abusos.
«Ha habido excesos, abusos, incumplimiento de las reglas del uso de la fuerza, mal criterio o delitos. Pero eso tiene que ser investigado por la Fiscalía y juzgado por los Tribunales de Justicia», advirtió Piñera en conversación con el diario El Mercurio.
Las protestas, que cumplen este sábado 22 días, han dejado 20 fallecidos, seis de ellos ciudadanos extranjeros, y del total de las muertes 5 ocurrieron presuntamente a manos de agentes del Estado.
Además, según los datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) se contabilizan mil 915 heridos, de los que más de la mitad son por disparos (de bala, perdigones, balines de goma o arma de fuego no identificada).
Sin embargo, al ser cuestionado sobre si se han registrado violaciones a los derechos humanos durante el transcurso de las protestas, Piñera prefirió no emitir ninguna opinión al respecto.
En lo que sí fue tajante el Presidente chileno fue a la hora de defender la salida de los militares a las calles para hacerse cargo del orden público en los primeros días, cuando se decretaron los estados de emergencia y toques de queda en casi todas las regiones del país, por primera vez desde la vuelta a la democracia.
Incluso agregó que si las circunstancias se repitiesen, volvería a hacerlo.
Las protestas se iniciaron el pasado 18 de octubre en respuesta a la subida del precio de pasaje de metro, pero se convirtieron luego en un clamor popular contra el Gobierno y el desigual modelo económico del país.
Fuente: Reforma