El Vicario General de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril aseguró que quienes pregonan la legalización del aborto y lo llevan a cabo, después llega un momento de dolor sufrimiento y arrepentimiento y en futuras ocasiones se desisten de realizar esta acción.
Lo anterior en el marco de la propuesta que a nivel nacional los distintos Congresos Locales tienen en sus manos para legalizar el aborto, sin necesidad de tener alguna causal, en caso de aprobarse este se podría realizarse en clínicas públicas.
«Yo puedo decir que desde mi experiencia personal como sacerdote que tanto los hombres como mujeres que han consentido el aborto después de haberlo predicado es una situación demasiado difícil a nivel emocional», expresó.
Indicó que esta situación del aborto conlleva grandes dosis de emociones y sentimientos, desde el médico que practica el aborto, la mujer que entra a abortar hasta la pareja que dio el consentimiento, pero las secuelas emocionales tanto de manera individual como familiar, al no asumir la responsabilidad de una paternidad, continúan presentes por años atormentando a la mujer y al hombre por igual, teniendo siempre vivo el recuerdo de ese momento.
Es por ello que a través de las intervenciones de los sacerdotes en las iglesias se refuerzan los predicamentos para el derecho a la vida y el rotundo no al aborto, pues este es considerado un pecado grave, que puede penalizarse hasta con la ex-comunión de los integrantes de la iglesia católica qué deciden llevarlo a cabo.
Señaló que en la Pastoral Familiar cuentan con un rubro de acompañamiento, dirigido tanto a mujeres como a hombres para tratar lo que denominó el post síndrome del aborto.
-Víctor González
