Estos son algunos datos de esta bebida que llegó a considerarse de baja calidad y fue repudiada
Como reza el dicho «Para todo mal, mezcal, y para todo bien, también», pero además de esa conocida frase ¿qué tanto conoces de esta bebida que desde hace algunos años está dominando México y distintas partes del mundo?
Estos son algunos datos de esta bebida que llegó a considerarse de baja calidad y fue repudiada pero que ahora, ha logrado demostrar que puede estar a la par o incluso, por encima del tequila.
2. El primer registro que se tiene del mezcal es de hace más de 400 años y se considera una bebida espirituosa por su uso en las civilizaciones prehispánicas en ceremonias.
3. El mezcal se puede elaborar de 40 diferentes variedades de Agave y pueden tardar entre seis y ocho años en alcanzar su plenitud.
4. Para su elaboración, es necesario cocer los magueyes y suele hacerse en hornos o a la leña, de ahí su característico sabor ahumado.
5. Espadín, Tobalá o Arroqueño. Seguro te suenan esas palabras asociadas con el mezcal y se refieren al tipo de maguey que se usó para su elaboración.
6. El mezcal no es un tipo de tequila, sino el tequila es un tipo de mezcal (¡¿QUÉ?!) que se hace con el maguey azul, también conocido como tequilana weber.
7. Cuando se habla de mezcal de pechuga es porque en verdad se usó una pechuga cruda, generalmente de guajolote, durante el proceso de destilación y le otorga un sabor característico.
8. Hay diferentes tipos de mezcal que tienen que ver con su proceso de añejamiento y de destilación. Por ejemplo, el mezcal joven se embotella directamente después de la destilación; el reposado pasa hasta 12 meses en barrica y el añejo más de un año. Por ejemplo, Señorío Mezcal tiene una variedad joven y un añejo que pasó un año en barrica.
9. El mezcal tiene denominación de origen controlada y sólo puede ser producido en una de las nueve regiones autorizadas en México: Oaxaca, Guerrero, San Luis Potosí, Durango, Guanajuato, Tamaulipas, Zacatecas, Puebla y Michoacán. Aunque por supuesto, el mezcal oaxaqueño es el más conocido.
10. Tener gusano es más bien una curiosidad turística que un requisito. El gusano sólo aporta una textura diferente y casi no afecta su sabor.
Fuente: Excélsior