Peng, primer ministro de China que encabezó la represión de las manifestaciones de la plaza Tiananmen en 1989, muere a los 91 años
El exprimer ministro chino Li Peng, quien lideró el ‘ala dura’ del gobierno durante las protestas de Tiananmen de 1989, falleció anoche a los 91 años, informó hoy la agencia estatal Xinhua.
Fue apodado ‘carnicero de Pekín’ o ‘carnicero de Tiananmen’ por el suceso.
Li, que ocupó el cargo desde 1987 a 1998 ordenó al Ejército, con el beneplácito del entonces líder del país, Deng Xiaoping, acabar con las protestas de Tiananmen, dejando un reguero de muertes cuyo número aún se desconoce, aunque algunas fuentes lo sitúan en más de un millar.
Se considera que Li era ferviente partidario de acabar por todos los medios con las protestas civiles, ya que las consideraba una grave amenaza para la supervivencia del régimen, algo que le valió el enfrentamiento a la facción reformista del Partido Comunista de China (PCCh), liderada por el entonces secretario general de la formación, Zhao Ziyang.
El ‘ala dura’ de Li se impuso en el debate interno, lo que desembocó en la declaración de la ley marcial en Pekín, la intervención del Ejército, la sangrienta represión de las protestas y la caída en desgracia de Zhao.
En una breve nota, la agencia oficial explica que Li falleció en Pekín anoche a las 23.11 hora local (17.11 GMT) por «una enfermedad», sin especificar cuál.
El obituario publicado por la prensa oficial comienza con el anuncio de varios órganos del PCCh «con gran pesadumbre» de la muerte del mandatario, un «excelente miembro» del Partido, un «leal luchador comunista» y un «destacado líder del Partido y del Estado».
En el artículo se hace mención explícita a las protestas de la primavera de 1989, calificadas de «agitación política», y asegura que «con el apoyo resuelto de la generación más mayor de revolucionarios proletarios representados por el camarada Deng Xiaoping», Li «tomó medidas decisivas».
Con ellas, relata el panegírico, el entonces mandatario «detuvo los disturbios, sofocó las revueltas contrarrevolucionarias (calificación que el oficialismo da a estas protestas) y estabilizó la situación nacional, lo que repercutió en el Partido y en el país».
Donde no hubo mención a la represión en Tiananmen fue en la autobiografía que Li publicó en 2014, ya que las vivencias que relata alcanzan hasta 1983, año en el que accedió al cargo de vice primer ministro de China.
Tras su etapa como primer ministro, Li se desempeñó hasta 2003 como presidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo chino.
Su muerte es una gran pérdida para el Partido y para el país. Debemos aprender de su espíritu revolucionario, su moralidad noble y su refinado estilo de trabajo (…). ¡El camarada Li Peng es inmortal!», finaliza el obituario.