El mini robot espacial franco-alemán Mascot, cuyas horas de autonomía están contadas tras descender en un asteroide, trabajaba arduamente en el análisis de su suelo con la esperanza de poder comprender mejor la formación del sistema solar.
El descenso desde la sonda japonesa Hayabusa 2 hasta el asteroide Ryugu “fue un gran éxito”, señaló Jean-Yves Le Gall, presidente de CNES, la agencia espacial francesa.
Mascot (sigla que en inglés significa Explorador Móvil de la Superficie de un Asteroide) “se encuentra bien, sus instrumentos están funcionando. Se comunica bien con la sonda”, destacó Aurélie Moussi, jefa del proyecto en la CNES.
El control de misión subió una foto de Mascot en su lugar de descenso en la cuenta Twitter, animada por la agencia espacial alemana DLR. “Hola Tierra, prometí enviarles fotos de Ryugu. Esto es lo que registré durante mi descenso”, dice el tuit.
El robot, que carece de paneles solares, debe trabajar rápido porque sólo depende de la energía de sus baterías. Están programadas para durar un máximo de 16 horas.
El aparato, de 10 kilogramos de masa, tiene el tamaño de una caja de zapatos, se unió a dos microrrobots japoneses Minerva, también “pasajeros” de la sonda Hayabusa 2, los que descendieron la semana pasada en Ryugu, asteroide con forma de diamante de 900 metros de diámetro.
La aventura comenzó el 3 de diciembre de 2014 para la sonda Hayabusa 2, que emprendió un periplo de 3,200 millones de kilómetros.
Necesitó tres años y diez meses para llegar a la órbita de Ryugu, en junio, donde se estabilizó en órbita a 20 kilómetros.
Para soltar a Mascot, Hayabusa 2 se acercó a sólo 51 metros, y se desprendió del aparato.
Tras caer durante unos diez minutos —la gravedad en Ryugu es 80 mil veces menor que en la Tierra— Mascot se posó sobre la superficie del asteroide, muy accidentada.