La asistencia está colapsada y los saqueos de alimentos y de gasolina en la isla indonesia de Célebes van al alza tras el terremoto que provocó un tsunami, mientras las autoridades aumentaron el número de muertos a mil 234.
A esto se suman 799 heridos graves y los más de 61 mil desplazados, entre ellos miles de niños, que siguen afectados por las carencias de agua potable y servicios médicos, según cifras del portavoz de la agencia de gestión de desastres, Sutopo Purwo Nugroho.
Las autoridades confirmaron que los saqueos continúan, hecho que también ocurre en las gasolinerías.
El combustible se volvió fundamental, ya que los generadores eléctricos están sustituyendo a la red eléctrica.
Las ONG que trabajan sobre el terreno ayudan a sacar los cuerpos de entre las ruinas, distribuyen comida y agua o abastecen los refugios con tiendas de campaña.
Según datos del centro de coordinación del Ministerio de Sanidad en Palu, más de 160 médicos locales trabajan en 20 equipos a lo largo de la zona afectada, aunque aún faltan medicinas y especialistas médicos, indicó Sutopo.
La gestión de los cadáveres también supone una emergencia sanitaria, por lo que más de 500 cuerpos han sido enterrados en una fosa común en un cementerio de la capital provincial, y 15 camiones y mil bolsas mortuorias están preparadas para continuar la tarea, informó el portavoz.
Los equipos de búsqueda y rescate se centran en acceder a las zonas bloqueadas por la destrucción del terremoto y las avalanchas que le siguieron que afectan varias ciudades al sur de Palu, la ciudad más dañada junto al municipio de Donggala, como Petobo, y el municipio Sigi Biromaru.
Hay algunos sitios a los que no podemos llegar, pero no muchos. En Donggala, por ejemplo, hay algunos distritos donde tenemos que enviar suministros en helicóptero”, corroboró en Palu el coronel Muhammad Thohir, del ejército indonesio.
En Sigi Biromaru, el equipo de la Cruz Roja indicó que al menos 34 niños murieron sepultados y 86 están desaparecidos por un alud mientras participaban en un campamento de estudio de la Biblia al sur de la capital provincial Palu.
Algunos sobrevivientes del tsunami son atendidos en hospitales y se refugian en centros para desplazados.
Fuente: Excélsior