El rockero Steven Tyler ha hecho del Teatro Real de Madrid «su casa», una a la que ha llegado con su familia adoptiva, The Loving Mary Band, para dar un concierto, con clásicos de Aerosmith y de otras bandas como The Beatles, en el que el cantante ha pedido al público no grabar.
«Vean, escuchen y canten, pero no filmen», sorprendía Tyler (Nueva York, 1948) a mitad del recital en la sala principal del Teatro Real, un espacio con mil 746 localidades en el que el cantante de Aerosmith se ha erigido como gran protagonista del Universal Music Festival, que clausurará hoy Pablo Alborán.
Pero The Loving Mary Band no ha sido la única agrupación de Nashville que ha acompañado hoy a Tyler en el Real. Antes de que el músico estadunidense subiese a las tablas operísticas, el dúo country The Sisterhood Band ha entretenido durante media hora al inquieto público.
Larga se ha hecho la espera entre actuación y actuación, ya que Tyler y The Loving Mary Band no saltaban al escenario hasta las 22:35 horas, teloneados, pasados los minutos, por los silbidos de los increpantes espectadores más que por The Sisterhood Band.
Los ánimos han cambiado cuando se han atenuado las luces y en la solitaria pantalla del Real han empezado a sucederse imágenes de Tyler en su niñez y su juventud, y durante los primeros años de su carrera, preludio de lo que se avecinaba: el vocalista de Aerosmith iba a pisar esas tablas sagradas con temas igualmente sagrados como Cryin’ o Come Together.
Con las uñas pintadas de negro, camisa blanca y chaleco negro, Tyler ha presidido la cita con su micrófono blanco adornado con un pañuelo, y ha comenzado la fiesta con Sweet Emotion, toda una declaración de intenciones a la que ha seguido Cryin’.
Con su sempiterna melena al viento, y recogiendo las ofrendas de sus enloquecidos seguidores, Tyler ha diseñado una noche para lucirse y para disfrute del público en la que solo ha mostrado dos piezas de su nuevo álbum, We’re All Somebody From Somewhere: el single homónimo y Only Heaven.
El resto del repertorio se ha nutrido de versiones y cortes míticos de Aerosmith, entre los que no han faltado Jaded, Pink o Janie’s Got a Gun, aunque se han echado en falta otros como Crazy o I Don’t Want to Miss a Thing.
La primera estrofa y el estribillo de Whole Lotta Love, de Led Zeppelin, ha servido de despedida de Tyler, que clausuraba la etapa de Aerosmith en la capital en Rivas Vaciamadrid en junio de 2017, pero que continúa incombustible. Y también en España: el 2 de agosto volverá a la carretera con The Loving Mary Band para volver a dejar mudo al público en el Starlite Festival de Marbella.
Fuente: Excélsior