El primer fichaje del Barcelona 2018-2019 ya es una realidad. El club azulgrana anunció por fin la llegada de Arthur Melo, que firmará hasta 2024 con una cláusula de rescisión de 400 millones y se pondrá a las órdenes de Ernesto Valverde desde el primer día de la pretemporada. La operación viene de muy lejos. En principio, estaba previsto que el Gremio soltara a este mediocentro en el próximo mercado invernal, en virtud del acuerdo que selló con el Barça a mediados del pasado mes de marzo. Pero finalmente la marcha de Andrés Iniesta al fútbol japonés y la grave lesión de Carles Aleñá han propiciado un adelanto.
Las negociaciones para hacerse con los servicios de Arthur las empezó Robert Fernández en noviembre de 2017. El exsecretario técnico el Barça quedó encantado con el rendimiento del medio en la final de la Copa Libertadores que el Gremio disputó y ganó contra Lanús. Después de aquella cita deportiva, Robert y André Cury, hombre fuerte en Brasil, mantuvieron contactos con el entorno del futbolista y consiguieron un acuerdo verbal. Trascendieron fotografías del encuentro que dejaron en mal lugar al Barcelona y enfadaron al Gremio, que en un primer momento exigió el pago de la cláusula de rescisión, de 50 millones de euros.
El acuerdo definitivo se ha cerrado por 31 millones más nueve en variables y un pago al contado para compensar que la operación cristaliza ahora y no en la ventana invernal. Arthur, de 21 años, ocupará plaza de extracomunitario.
Después de los primeros días en Sant Joan Despí, formará parte de la expedición azulgrana en la gira por Estados Unidos. Tendrá la suerte de adaptarse a su nuevo equipo antes del inicio de la temporada, algo de lo que Yerry Mina, el último fichaje procedente del fútbol brasileño, no pudo disfrutar. El internacional brasileño llega para aportar manejo del balón y compaginar con Busquets y Rakitic en la zona ancha. Su perfil recuerda al de Verratti, viejo deseo de la dirección deportiva culé.
Fuente: Marca
Foto: Especial