El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anuló ayer 24 normas de discriminación positiva que proclamó su antecesor, Barack Obama, para promover la presencia en las universidades de miembros de las minorías negra e hispana.
En un comunicado, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció el fin de las 24 directivas porque considera que esos documentos proclamados entre 2009 y 2016 eran “innecesarios”, “desactualizados”, “inconsistentes con la ley existente” e “inapropiados”.
Sessions argumenta que su decisión se basa en una orden ejecutiva que Trump firmó en febrero de 2017 y que exigió la creación de comités dentro de las agencias gubernamentales para identificar, anular o modificar aquellas regulaciones que consideren innecesarias.
Esa idea comulga con el principio del Partido Republicano de minimizar las regulaciones del Ejecutivo para no restringir la libertad individual.
Los demócratas argumentan que esas medidas son necesarias para resolver la discriminación que durante décadas han sufrido las minorías negra e hispana, que acceden a la universidad en menores proporciones que la población blanca debido al elevado costo de la educación superior.
Un informe publicado en 2013 por la Universidad Georgetown, afirma que los blancos acceden cada vez más a instituciones educativas selectas, y aumenta la proporción de negros e hispanos en centros públicos.
Es posible que la decisión incremente el debate sobre el papel que la raza debe jugar en la admisión a la educación superior, un tema sobre el que la Corte Suprema se ha posicionado en varias ocasiones desde la década de los 70 del siglo pasado.
En junio de 2016, esa Corte reafirmó los criterios de discriminación positiva de las universidades al fallar en contra de una joven blanca, Abigail Noel Fisher.
Fisher demandó en 2008 a la Universidad de Texas por no admitirla al aplicar criterios que dan prioridad a los jóvenes de minorías.
Fuente: Excélsior