El papa Francisco recibió ayer al presidente de Francia, Emmanuel Macron, en una audiencia privada en la que analizaron temas como desarme, migraciones y la inestabilidad en Medio Oriente.
El Presidente francés elogió la personalidad de Jorge Bergoglio y dijo que la conversación sirvió para aclarar “algunos malentendidos” entre la República francesa, que se define como un Estado laico, y la Iglesia católica.
Es importante un diálogo respetuoso para que cada uno encuentre su lugar”, señaló Macron.
En un discurso a principios de abril en la Conferencia Episcopal de Francia, Macron dijo querer “reparar” el “vínculo” entre la Iglesia católica y la República francesa, “dañado” los últimos años.
Este discurso despertó numerosas críticas en Francia mientras que el episcopado lo calificó como un discurso que refunda las relaciones entre los católicos y la República.
Por otro lado, Macron dijo que no habló con Francisco de políticas migratorias de países en concreto, pero comentó que Europa no puede absorber toda la migración motivada por problemas económicos en los países de origen.
El jefe de Estado francés abordó además temas espinosos como el aborto y la gestación subrogada.
Al finalizar la audiencia privada, Macron le entregó al pontífice una copia del libro Diario de un cura rural de 1936, de Georges Bernanos.
He leído este libro muchas veces y me ha hecho bien. Es un libro que siempre he querido mucho”, dijo el Papa a Macron, que durante otro momento fue acompañado por su esposa Brigitte.
En tanto, Francisco entregó a Macron un medallón que muestra a Martín de Tours, un santo del siglo IV que aparece representado cortando su manto por la mitad para dárselo a un mendigo en invierno.
Esto significa que la vocación de aquellos que gobiernan es ayudar al pobre. Todos somos pobres”, comentó Francisco a Macron al entregarle el medallón.
Fuente: Excélsior