Kevin Rodrigues y sus amigas Lizzy y Nikhel, de Guyana, estaba cazando en una jungla aislada, cuando, de repente, Lizzy de 19 años, sintió un dolor extremo en su pierna.
Al buscar qué era lo que la había atacado pronto se dieron cuenta que había sido una serpiente.
Sin perder tiempo, los amigos trasladaron a la joven al vehículo, donde le abrieron la herida con un cuchillo y le intentaron extraer toda la sangre infectada.
Acto seguido, condujeron por cinco horas atravesando la espesa jungla para intentar llegar al hospital más cercano.
Desafortunadamente, al llegar, los médicos les dijeron que no disponían con el antídoto correcto para tratar adecuadamente la mordedura de la serpiente.
Poniéndose de nuevo en marcha, tuvieron que seguir conduciendo hasta la capital guyanesa, Georgetown, a 108 kiómetros de Linden.
SIn embargo, en determinado momento, la Policía detuvo su vehículo cuando aceleraba en una curva.
Le expliqué al oficial lo que había sucedido y que ella necesitaba el antídoto, a lo que respondió: ‘ese no es mi problema ni es una excusa para violar la ley. Tienes que estar contento porque solo te estoy poniendo una multa, porque tu vehículo tiene demasiado barro y no puedo distinguir las matrículas ‘», recuerda Kevin.
El grupo de amigos llegó finalmente a Georgetown y los médicos lograron salvarle la vida a la chica.
Fuente: Excélsior