Las obras que comenzaron en 2017 para colocar protección a la Torre Eiffel están casi terminadas. Un muro de cristal y una valla alambrada resguardan ahora la base de la Dama de Hierro contra posibles atentados terroristas.
Uno de los dos dispositivos de seguridad es un muro de cristal de 6.5 centímetros de grosor” y 3 metros de alto, explicó Bernard Gaudillère, presidente de la empresa que gestiona el monumento parisino.
El muro de cristal “es sólido, a toda prueba, y absolutamente seguro” frente a posibles disparos de balas, agregó. Está instalado en dos lados del monumento para poder conservar la perspectiva.
A este dispositivo, ideado por la policía francesa para “encontrar la mejor manera de garantizar la seguridad” de los visitantes, se añade una valla alambrada, que protege los otros dos lados, y bloques de hormigón “particularmente resistentes” para evitar atropellos masivos.
La valla alambrada “tiene una particularidad: imita la forma y las curvas de la Torre Eiffel, según la inspiración del dibujo inicial de Gustave Eiffel”, explicó Alain Dumas, director técnico de la empresa gestora Sete.
La valla metálica, de 3.24 metros de altura, exactamente una centésima parte de Torre Eiffel, fue diseñada por el arquitecto austriaco Dietmar Feichtinger, que ya ha desarrollado dispositivos en otros sitios turísticos.
Las obras han costado cerca de 35 millones de euros. Como ya se hace actualmente, guardias de seguridad registrarán a los visitantes y sus bolsos, que también deberán cruzar detectores de metales.
La entrada a la explanada de acceso a la Torre Eiffel seguirá siendo libre y gratuita.
Fuente: Excélsior