Los muertos por la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala se elevaron el martes a 69, informaron las autoridades, mientras disminuía la actividad del cráter tras el mayor desastre causado por el estratovolcán en más de cuatro décadas. La explosión del domingo, que también dejó cerca de 300 heridos, arrojó ríos de lava y lodo a las zonas aledañas y una lluvia de cenizas sobre la capital del país centroamericano.
Los equipos de rescate luchaban en condiciones peligrosas buscando cuerpos debajo de la ceniza y barro que descendieron desde el volcán, uno de los más activos de Latinoamérica. Algunos llevaban cuerpos envueltos en telas y bajaban en fila por algunas colinas. Las casas, carreteras y árboles en la parte baja del volcán estaban cubiertos de una capa color gris y marrón, según imágenes de televisión y testigos. Es evidente que la actividad del volcán bajó y va a seguir bajando.
En los próximos días esperamos más lluvias que vendrá a complicar la situación», dijo a la prensa Eddy Sánchez, director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (Insivumeh). La erupción del domingo fue la más grande en 44 años, lo que llevó al cierre del principal aeropuerto de Guatemala y arrojó cenizas en miles hectáreas de cafetales en las laderas del volcán, lo que habría afectado al 0.9 por ciento de la producción de café, según la asociación nacional de productores.
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala dijo la noche del lunes que la cifra de fallecidos se incrementó a 69, de los cuales apenas 17 han sido identificados. Las labores de rescate se veían dificultadas por las constantes explosiones en el cráter del volcán, que expedía columnas de ceniza que trepaban hasta 10 mil metros de altura y llegaban a unos 40 kilómetros.
Fuente: Excelsior