El Papa Francisco lamentó la muerte del bebé británico Alfie Evans, ocurrida este sábado, cinco días después de que fue desconectado, por decisión judicial, del soporte que lo mantenía con vida.
Previamente, el Pontífice había ofrecido atención médica para el menor en un hospital en el Vaticano.
Alfie Evans, el bebé británico de casi dos años, sufría una enfermedad neurodegenerativa que devastó su cerebro y lo dejó hospitalizado en una unidad de cuidados intensivos neonatales en Liverpool desde diciembre de 2016.
Su caso atrajo la atención internacional debido a una serie de determinaciones judiciales relacionados con la retirada del mecanismo que lo mantenía con vida.
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Fuente: Notisistema