Chivas tiene la suerte de Campeón: puede ser superado por el rival, anotar goles de la nada, estar abrumado por llegadas de sus rivales; a final de cuentas, el Guadalajara es el equipo que está más cerca de llevarse la Liga de Campeones de la CONCACAF, una lección que aprendió a la mala el Toronto tras el partido de ida de la Gran Final del torneo.
La escuadra tapatía no solamente sobrevivió al poderío del Toronto, al talento de Giovinco, a la brutalidad de Altidore o a la efectividad de Bradley, sino que se llevó el marcador de 2-1 a favor en el frío y nevado BMO Field en el primer capítulo de la resolución en busca de llegar al Mundial de Clubes de la FIFA.
Es un marcador inspirador para un Rebaño que ahora buscará romper una sequía de más de 60 años a nivel internacional en el Estadio Chivas.
Chivas, estrella en medio de la nieve en la Liga de Campeones de la CONCACAF
Los dirigidos por Matías Almeyda no esperaron para hacer daño. Sabedores del potencial del conjunto canadiense, se volcaron sobre su rival tan pronto como dejó de escucharse el silbatazo inicial del encuentro. La recompensa fue inmediata pues apenas a los 2′, una diagonal retrasada de Isaac Brizuela encontró a Rodolfo Pizarro quien remató con furia de frente al marco para abrir el marcador.
El empate de los locales llegó a los 19′ gracias a una buena jugada de Marco Delgado quien mandó centro a ras de pasto por derecha que cruzó toda el área; Jonathan Osorio se barrió para llegar a tiempo a la cita y poner el balón en las redes en lo que sería la acción que cortaría de tajo las revoluciones iniciales de los tapatíos.
Fue hasta el segundo tiempo, específicamente a los 72′, cuando llegó el momento insólito del compromiso. Alan Pulido cobró un tiro libre con la pelota colocada apenas a un suspiro de la línea de banda, ideal y perfecto para un centro al área, con escaso ángulo para pensar en buscar el premio mayor. El cobro fue muy elevado, pero tomó un rumbo peligroso, inalcanzable para los rematadores pero que techó al portero Alex Bono y que llegó sin escalas a las redes para un golazo increíble, de esos que se dan tan seguido como una nevada en Guadalajara, como la que sufrieron los jugadores en el BMO Field.
El Mundial de Clubes a la vista
Toronto supo controlar el encuentro, tal y como lo hizo ante Tigres y América, pero esta vez, el aura mística con la cual Chivas se presentó en Canadá frenó las aspiraciones de los dirigidos por Greg Vanney. Giovinco se cansó de generar espacios y encontrar la espalda de la zaga tapatía, pero las milagrosas intervenciones del portero Miguel Jiménez, las oportunas barridas de Salcido o incluso de un sacrificado Pulido, o simplemente la falta de suerte impidieron que el conjunto de la MLS evitara una debacle.
Pero fue en el complemento cuando el destino se ensañó más de la escuadra local. Después de una llegada clara que Delgado mandó a la tribuna, de un remate en el área de Altidore que salió por un costado, o de un cabezazo casi en el área chica de Osorio, llegó el gol de Pulido, justo en el peor momento de los rojiblancos en el partido. Los de Matías Almeyda incluso voltearon el trámite tras la anotación del triunfo, con espacios que por poco aprovecha Orbelín Pineda con un tiro cruzado desde fuera del área, o un recién ingresado Ángel Zaldívar quien tuvo en sus pies la oportunidad de apagar las luces en la Final en una brillante acción de Pizarro, aunque la pelota del delantero acabó por encima del travesaño.
Para la vuelta, la próxima semana, Chivas tiene todo a favor, no solamente el marcador. Guadlajara se ha coronado en 13 de las 15 Finales en las cuales anotó el primer gol, tendrá la ventaja del gol de visitante, la localía y a su afición que esperará levantar, por primera vez desde 1962, un título internacional. Con la nieve, el grado centígrado de temperatura, el Rebaño logró congelar al Toronto. El nuevo diseño del trofeo en la Liga de Campeones de la CONCACAF empieza a pulirse con los colores mexicanos.
Fuente: Televisa Deportes
Foto: Especial