Con un apretón de manos y un beso presidencial en la mejilla, la directora de comunicaciones Hope Hicks se despidió de la Casa Blanca en su último día de trabajo para el gobierno de Donald Trump.
La partida de la colaboradora de mayor confianza del mandatario, al día siguiente de la partida de otro secretario, puso de manifiesto la incertidumbre persistente entre el personal de la presidencia acerca de quién sería el próximo.
La despedida a Hicks marcó un fuerte contraste con el trato a David Shulkin, el secretario de Asuntos de Veteranos que fue despedido entre sospechas de violaciones éticas y reemplazado por un médico que no tiene experiencia con el manejo de un departamento gubernamental ni de trabajar con los veteranos.
Mientras los aliados del magnate defendían la designación del contralmirante Ronny Jackson, las miradas se volvían rápidamente hacia otros miembros del gabinete que enfrentan cuestionamientos éticos o tienen relaciones tensas con Trump, incluso el jefe de despacho de la Casa Blanca, John Kelly, cuya influencia fue limitada.
Colaboradores del magnate y asesores externos insinuaron que no había cambios adicionales inminentes, pero nadie lo sabía a ciencia a cierta.
Tendré que averiguarlo y responderle más tarde», dijo la subsecretaria de prensa, Lindsay Walters, a bordo del avión presidencial al preguntársele si Trump tenía por fin su gabinete ideal.
La partida de Hicks provocó inquietud debido a su posición singular en el entorno presidencial. Aunque oficialmente era la directora de comunicaciones, funcionarios de la Casa Blanca decían que era la mano derecha y cancerbero de Trump.
Según la cadena de televisión CNN, varios de quienes asesoran a Trump desde fuera de la Casa Blanca le han dicho esta última semana que no necesita ni un jefe de gabinete ni un director de comunicación en el sentido tradicional de esos cargos.
Los forcejeos internos para reemplazarla, si es que el presidente decide hacerlo, generaron ya puñaladas por la espalda y difusión de rumores que afectan a los candidatos principales: Mercedes Schlapp, directora de comunicaciones estratégicas, y Tony Sayegh, subsecretario del Tesoro para asuntos públicos.
Sin embargo, muchas personas cercanas dicen que la asesora sénior Kellyanne Conway o la secretaria de prensa Sarah Huckabee Sanders ocuparán el cargo al menos interinamente.
Fuente: Excélsior