Algunos emprendedores sociales crean empleos; otros trabajan para preservar el patrimonio cultural o para salvar el medio ambiente. Rania Salah Seddik, de 36 años y fundadora de GebRaa para los Tesoros Egipcios, hace las tres cosas -y alguna más. No le llevó mucho tiempo encontrar su vocación. Después de graduarse en economía y política cultural, trabajó y se ofreció como voluntaria para una larga lista de organizaciones nacionales e internacionales, desde USAID y Médicos sin frontera hasta UNICEF, siempre esforzándose por promover el bienestar social y económico.
En el año 2008, descubrió cómo juntar todas sus pasiones: crearía una empresa que vendiera productos fabricados de forma sostenible por artesanos egipcios. Después de elegir el nombre de GebRaa -«Geb» es el dios de la Tierra y «Raa» es el dios del sol- comenzó a recorrer el país en busca de artesanos que todavía hicieran objetos tradicionales, algunos con miles de años de antigüedad.
En sus viajes, descubrió cajas de madera con intrincadas incrustaciones de madreperla; vidrio soplado a mano de colores vibrantes; tejidos con apliques utilizados una vez en las jaimas del desierto; telas tejidas a mano y finos bordados. Cada uno tenía una historia increíble y Seddik aprendió todo lo que pudo.
También descubrió la precariedad de muchas de estas artesanías -un artesano especializado en incrustaciones de madreperla tenía solo cinco empleados, menores de 40 años. Entre las muchas causas de este declive se encuentran la falta de apreciación por parte de los egipcios de su propio patrimonio, su incapacidad de pagar por productos de más alta calidad y la gran cantidad de reproducciones chinas baratas que se venden a los turistas.
Fuente: Excelsior