Mona al-Khodairy soñaba con romper la tradicional práctica en Egipto de restringir ciertos trabajos a los hombres. Su sueño se convirtió en un objetivo aún mayor: darles a las mujeres nuevas oportunidades de trabajo, mientras desempeña un papel vital en la protección del medio ambiente. Khodairy, graduada en la Facultad de Ingeniería en Assiut, lanzó la startup Ecotaqa a los 26 años. Su objetivo era ayudar a resolver el problema de la escasez de energía y la gestión de los residuos sólidos en Egipto, ampliando la producción de biogás.
La técnica utiliza materiales orgánicos de desechos agrícolas y estiércol animal, descomponiéndolos en ausencia de oxígeno para producir una energía que puede usarse como gas de cocina. «Los campesinos sufren una crisis energética que ha afectado al país en los últimos años, especialmente a las áreas residenciales rurales», explica Khodairy durante un simposio en Nahdet al-Mahrousa. Señala que comprar cilindros de gas supone una carga financiera para aquellos con ingresos limitados, y dice: «Algunos campesinos me pidieron que construyera una unidad de biogás para ellos».
La técnica de biogás también convierte los residuos orgánicos en lodo, un fertilizante rico en nutrientes que sirve como un sustituto orgánico de los fertilizantes químicos sin su impacto agrícola negativo. Estas unidades de biogás crean oportunidades de empleo, especialmente para las mujeres. Las personas, tanto hombres como mujeres, ahora pueden crear sus propias pequeñas empresas vendiendo el exceso de combustible y fertilizantes que producen con las unidades.
Khodairy dice: «Algunos campesinos emplean un sistema de biogás no solo para aumentar sus cosechas, sino también como un proyecto de inversión para vender fertilizantes a otros».Actualmente, una unidad de biogás cuesta 6.000 LE (340 USD). Según Khodairy, los beneficios obtenidos de la unidad pueden cubrir su precio en unos tres meses más o menos.
Fuente: Excelsior