Más amor y desamor aseguró Kalimba que contendrá su nuevo disco que prepara de la mano nuevamente del productor musical Stefano Vieni, y cuyas letras son de su autoría.
En entrevista, el cantante comentó que afina los detalles del álbum que en breve presentará.
“Son temas míos en colaboración con Stefano Vieni. Repetí la fórmula de hacerlo con él y está quedando muy bien”, dijo el ex OV7, quien mencionó que el disco saldrá en unas semanas al mercado con el apoyo de Universal Music.
Añadió que varios de los temas estarán apoyados por videos, además de que realizará una extensa gira. “Estoy contento con este disco y espero que guste, porque desde hace tiempo está listo, sólo que hemos ajustado detalles”.
Respecto a sus ex compañeros de OV7, Kalimba comentó que les desea siempre lo mejor, “yo siempre dispuesto a cantar con ellos en cualquier escenario y nos encanta estar juntos, ha sido una suerte que el calendario haya permitido que colaboremos juntos”.
En torno a su vida personal, señaló que disfruta de su paternidad con sus hijos Mica y Aitana, “son una bendición para mí y tienen un carácter increíble, además de ser bien portados”.
El cantautor, quien estuvo en prisión acusado de haber abusado de una menor de edad, se le preguntó su opinión sobre lo declarado por la actriz Karla Souza, que dijo que fue violada por un cineasta. Aunque por un instante señaló que no hablaría al respecto, pidió a los medios que hagan llegar toda la información al público, no sólo una parte.
Comentó que la situación es delicada porque es un tema fuerte y recordó que cuando él vivió esta experiencia no estaba preocupado por su carrera, sino por su persona y sus hijas, “porque al final del día cualquier rumor sobre ti te afectará, así como a tu familia, y eso es lo que siempre preocupa.
“Yo no conozco la situación, así que no diré más, hablo desde mi experiencia”, explicó el cantante, quien en mayo de 2011 fue señalado por Daiana Guzmán de haber abusado sexualmente de ella, imputación que tras investigaciones fue retirada, demostrándose la inocencia del intérprete.
Fuente: Excélsior