miércoles, mayo 8, 2024
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Vestir al Niño Dios, costumbre que continúa entre mexicanos

El 2 de febrero, Día de la Candelaria, representa para la tradición católica la culminación de la Navidad; en la Biblia se hace referencia que 40 días después de su nacimiento los hijos eran presentados en los templos. Almoloya del Río, municipio mexiquense, aporta a la tradición uno de sus elementos distintivos: los vestidos para las figuras de Niño Dios, con los que las familias los arreglan para llevarlos a misa.

 Desde vestimentas de santos, ángeles, ropones de bebé y algunas profesiones, las prendas son confeccionadas en los talleres familiares de Almoloya del Río; días antes de la celebración los productores de estas prendas acuden a tianguis y mercados donde las personas llevan a vestir a sus niños. Las piezas se manufacturan en diferentes tallas, desde los 10 hasta los 60 centímetros y, dependiendo del modelo, requieren diferentes accesorios, todo lo necesario para reproducir la imagen del santo o la advocación en la figura de yeso.

En el taller de la señora Segura Torres, donde trabaja con su esposo y sus hijos, son 60 figuras de Niño Dios las que ocupa como modelo. De cada traje realiza al menos 10 piezas por talla, las decoraciones que utiliza van desde encajes, elásticos, aplicaciones, hasta diminutos huaraches, sombreros y palomas. Entre las telas que utiliza están la bramante, tafeta, tornasol, raso, organza, tule, en diferentes colores según lo requiera la imagen. Segura Torres comentó que los modelos más usuales son los del Santo Niño de Atocha, del Sagrado Corazón, del Niño de las palomas y de San Judas Tadeo.

A lo largo del año, en la comunidad, los productores elaboran diferentes prendas de vestir y en las temporadas como primavera, fiestas patrias y Día de Muertos confeccionan disfraces. Para esta fecha la manufactura inicia algunos meses antes, dependiendo de la cantidad de vestidos que realicen. Principalmente los comercializan en mercados de la zona, en la Ciudad de México y en algunos estados del centro del país. Destacó que en los últimos años sus ventas disminuyeron; sin embargo, la productora añadió que esta “es una tradición bonita y esto viene desde nuestros antepasados que tenemos que venerar”.

Fuente: Excelsior

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