Aunque estas fechas son de alegría, en algunas familias del Estado de México reina la tristeza desde el pasado 19 de septiembre, cuando el sismo de 7.1 grados en escala de Richter que azotó la entidad acabó con su único patrimonio. Tristeza, porque otras veces nos la pasamos aquí en la casa, hacemos cena, nos la pasamos contentos y ahora en la situación en la que estamos da tristeza”, sostuvo Filiberto González, una de las damnificadas.
Mientras que Florentina Castillo, cuya vivienda también sufrió afectaciones señaló “venían mis hijos, mis cuñados, mis cuñadas, hacíamos fogatas y nos la pasábamos bien, ahora no sé, porque no tengo espacio, no tengo lugar, sólo para mis hijos, mis nietos”. La reconstrucción en los municipios mexiquenses de Ecatzingo y Atlautla es muy lenta debido a que acaban de llegar los recursos del Fondo Nacional de Desastres, sin embargo, son insuficientes.
Los apoyos que han llegado de despensa y todo eso, bueno el gobierno nos ha apoyado con dinero, pero no es para construir una casa de dos pisos, 120 mil no son suficientes de lo que se cayó”, agregó Monserrat Ortiz. Dichos recursos serán entregados en dos partes, y la segunda aún no ha llegado Paramos porque nos depositaron sólo una cantidad los del gobierno y dijeron que después nos iban a depositar más, y el albañil pide más y material de la casa es necesario para poder levantarla rápido”, añadió.
En las calles todavía se percibe la devastación y desesperación de los vecinos, quienes pasan frío en casas de campaña, lámina o madera que les construyeron los voluntarios. Así, aunque no tienen un techo que los cobije, buscarán tener una pequeña cena esta navidad con lo que les han regalado. Si pues algo sencillo porque no estamos para carnes tal vez como nos trajeron muchos víveres, una enseñada de atún con tostadas, un té de tejocote con canela. Eso es lo que pensamos cenar”, indicó Florentina Castillo.
Fuente: Excelsior