Cientos de aviones militares, entre ellos una veintena de cazas furtivos, comenzaron el lunes a entrenar como parte de un ejercicio masivo combinado de las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Corea del Sur. Los juegos de guerra llegan una semana después de que Corea del Norte lanzara su misil más poderoso de la historia, un ICBM capaz de alcanzar la costa este de Estados Unidos. Las maniobras militares llamadas Vigilant Ace y de cinco días de duración tienen como propósito mejorar la capacidad bélica de ambos países aliados, dijo el Ministerio de Defensa surcoreano.
La Séptima Fuerza Aérea de Estados Unidos envió aeronaves estratégicas, entre ellas seis jets invisibles F-22 y 18 F-35, para las maniobras militares que tienen lugar cada año en la península coreana. Unos 12 mil efectivos militares estadunidenses participan en los ejercicios. Según algunos medios locales de prensa, bombarderos B-1B se sumarán a las maniobras, aunque diversos funcionarios no confirmaron esas versiones. La prensa estatal de Corea del Norte dijo que las maniobras militares de ambos aliados ponen a la península coreana «al borde de una guerra nuclear».
El tenor de esas palabras es frecuente en la propaganda norcoreana porque Pyongyang considera los ejercicios militares que tienen lugar con regularidad como los preparativos para una invasión contra Corea del Norte. Sin embargo, las tensiones que persisten en la región se encuentran en un peligroso nivel a medida que Corea del Norte avanza hacia su objetivo de conseguir un arsenal de misiles de largo alcance provistos de ojivas nucleares, y el presidente Donald Trump recurre a un discurso agresivo hacia Pyongyang con sus amenazas de atacar con «fuego y furia» el territorio norcoreano.
Pyongyang «considerará seriamente» la adopción de contramedidas contra las maniobras, y Estados Unidos y Corea del Sur «pagarán caro sus provocaciones», dijo el domingo la Agencia Noticiosa Central Coreana antes del inicio de los ejercicios militares.
Fuente: Excelsior