El papa Francisco se reunió hoy en Rangún, durante quince minutos, con el jefe de las Fuerzas Armadas de Birmania, general Min Aung Hlaing, con quien conversó de «la responsabilidad de las autoridades en esta época de transición del país», explicó el portavoz del Vaticano, Greg Burke. La entrevista se celebró en la sede del arzobispado de Rangún, donde se aloja Francisco, que llegó hoy a Birmania en el primer viaje de un papa al país asiático.
Además de Min Aung Hlaing, considerado el responsable de la ofensiva que ha provocado un éxodo de rohinyás, la minoría musulmana residente en el estado de Rakhine, participaron en la reunión tres generales del Servicio Especial de Operaciones y un traductor de la Iglesia católica birmana. La campaña militar, que comenzó a finales de agosto y que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU calificó de «limpieza étnica de manual», ha causado la huida de más de 620 mil rohinyás desde Rakáin hacia el vecino Bangladesh.
El Vaticano definió la reunión como «una visita de cortesía» al jefe del Ejercito, que controla los ministerios de Defensa, Interior y Fronteras. El encuentro con el general fue sugerido por el arzobispo de Rangún, Charles Maung Bo, nombrado cardenal en 2015 por Jorge Bergoglio. Tras concluir la reunión, hubo un intercambio de regalos: el Papa entregó al general la medalla conmemorativa del viaje, mientras que el militar le obsequió un cuenco ornamental para el arroz y una tradicional arpa birmana.
El jefe del Ejercito aseguró en su página de la red social Facebook que durante la entrevista con el Papa afirmó que «todas las religiones son de paz» y que «no existe ninguna discriminación entre los grupos étnicos del país».
Fuente: Excelsior