Este primero de diciembre, fecha emblemática, el proyecto Condomóvil celebra veinte años de existencia, y para la conmemoración se han organizado mesas redondas que abordarán los temas más importantes en la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual y la prevención.
Este lunes, y durante cuatro días, en el extemplo Corpus Christie, en avenida Juárez 44, frente al Hemiciclo a Juárez, se realizarán mesas redondas con ponentes de prestigio, inaugurará la doctora Patricia Uribe, directora de Censida, en representación del secretario de Salud federal, José Narro Robles. El último día, viernes 1 de diciembre, se cambiará la sede al club de periodistas de México, en Filomeno Mata. Polo Gómez, el activista quien junto con José Antonio Arias han dado vida a este proyecto, explica cuál es la esencia: Mi linaje.
El Proyecto Condomóvil nace el 1 de diciembre de 1998 bajo el seno de Colectivo Sol, AC, con el ánimo de contribuir mediante un proyecto de educación, promoción y alcance directo a la población meta elegida (las/los jóvenes)- a disminuir las tasas de embarazo no deseado y el número de infecciones de transmisión sexual y por transmisión del VIH, el virus causante del SIDA. La adaptación mexicana derivó en la creación de una experiencia cuyo nombre combina las palabras “condón” y “móvil” para explicar mi carácter rodante e itinerante que lo mismo recorre calles, barrios, plazas públicas, Municipios, Entidades Federativas, Delegaciones Políticas e incluso otros países.
Cuando escuchan mi nombre, algunos lo asocian con alguna organización de ayuda a Condóminos, otros piensan que transporto al Grupo musical Cóndor o en algunos casos hasta me han relacionado al “Papa-móvil”. Al recorrer las calles, mi llamativa vestimenta arranca la sonrisa y admiración de la gente. Hay quienes piensan que es extravagante, estrambótica o simplemente rara, pero a todas y todos les gusta descubrir en mis ropajes las imágenes de las personas como ellos, de variados oficios, profesiones, preferencias sexuales, clases sociales y opiniones con quienes nos encontramos en la calle.
Fuente: Excelsior