Además de los terremotos y las amenazas volcánicas, la Ciudad de México se enfrenta a otro reto: el hundimiento de la tierra.
De acuerdo con un boletín emitido por Conacyt, la zona en donde está el aeropuerto de CDMX presenta un hundimiento de entre 20 y 24 centímetros (cms.) por año. Pero no es la única zona: el Centro Histórico se hunde de 5 a 7 cms. por año y en el área en donde está el Ángel de la Independencia, el hundimiento es de 2.5 cms. anuales.
No es algo nuevo. En los último 150 años se estima que el hundimiento acumulado es de 14 metros, principalmente en el Centro y Oriente de la ciudad, en donde el terreno se hunde hasta 40 cms. por año.
Este fenómeno de asentamiento o hundimiento del terreno es provocado principalmente por la extracción de agua de los mantos acuíferos del Valle de México, debido a la cada vez mayor demanda de agua.
Cifras oficiales estiman que en CDMX 22 millones de personas demandan agua, quienes consumen en promedio 67.5 m3 por segundo.
¿QUÉ TAN GRAVE ES ESTO?
Estos son los principales problemas ocasionados por el hundimiento paulatino de un terreno, de acuerdo con un documento académico titulado «Subsidencia del terreno», emitido para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra (en 2009):
- Accidentes que pueden ser peligrosos y hasta mortales, como los ya conocidos socavones, levantamiento de áreas habitadas, derrumbes inesperados de edificios y canales de agua, así como la pérdida de vías de comunicación (asentadas en el subsuelo, como cables eléctricos)
- El sistema de drenaje se ve afectado severamente, provocando fugas, inundaciones y desabastos
- Deformación en las construcciones asentadas en los terrenos que se hunden. Esto, además de suponer pérdidas millonarias de dinero, también hace muy vulnerables a los inmuebles ante terremotos
- Los edificios muy antiguos, como muchos del Centro Histórico de CDMX, van sufriendo deformaciones que nos son uniformes, por lo que no resulta sencillo ‘levantarlos’ o prevenirlos
- Los edificios más actuales, generalmente construidos sobre pilotes (niveles rocosos) no se hunden pero sí ‘se levantan’, es decir, al hundirse su entorno, estos parecen estar por encima de otros, provocando también problemas, tanto viales como en drenajes. En promedio estos edificios, muchos presentes en el Centro Histórico de CDMX, se han ‘levantado’ 2 cms.
DESDE LOS AZTECAS
Hay que recordar que en donde ahora se encuentra el centro histórico de la Ciudad de México, se encontraba Tenochtitlan, fundada por los aztecas en 1325 y asentada sobre islotes ubicados en el lago que se encontraba en la cuenca de México. Con el tiempo, los aztecas fueron construyendo islotes artificiales (chinampas) para aumentar la ciudad; al llegar los españoles, la Nueva España fue construida sobre estos terrenos acuosos. Pasado el tiempo, por las constantes inundaciones en la zona, los españoles abrieron la cuenca con la construcción de los tajos de Huehuetoca y Nochistongo, para secar el lago.
Actualmente, los restos del antiguo lago, que están debajo de gran parte de CDMX, están formados por niveles arcillosos con un alto contenido de agua (humedad media de 400%), es decir, sobre terreno espeso con alta deformidad, según explica el documento de la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra. Por ello, todo lo construido en esta zona, desde la época prehispánica, se hunde con el tiempo.
Con los años, el subsuelo arcilloso se fue consolidando y aparentemente, el problema de hundimiento disminuyó. Pero a mediados del siglo XX, cuando la Ciudad de México empezó a demandar más agua para sus habitantes, se provocó que el constante drenaje de agua incrementara el hundimiento a niveles preocupantes.
Se estima, por ejemplo, que la zona en donde está el Zócalo de CDMX se había hundido 7.5 cms. desde inicios del siglo XX; actualmente se hunde 8 cms. al año y no hay indicios de que esto se detenga, según el documento académico mencionado.
LABORES DE MONITOREO
De momento no se cuenta con un programa de políticas públicas que resuleva este problema, aunque ya se monitorea.
Actualmente, un grupo de investigadores de la UNAM, el IPN y la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) trabajan en la modernización del Sistema de Monitoreo de la Subsidencia en el Valle de México, que permitirá recopilar, procesar, interpretar y difundir los resultados de estos trabajos, tanto los históricos como los recientes.
La prioridad es instalar 60 estaciones de monitoreo de la Red SUBVAMEXNet, que proporcionen referencias geoespaciales precisas y que permitan emprender estudios más profundos.
Guadalupe Esteban Vázquez Becerra, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Espacio (Facite) en la UAS, explicó que la continuación del proyecto requiere apoyo del Conacyt para combinar el sistema GPS con sensores, además de estaciones meteorológicas para cuantificar el hundimiento en el Valle de México a través del tiempo.
¿QUÉ PASARÁ CON EL AEROPUERTO EN CDMX?
En la publicación difundida por Conacyt, Vázquez Becerra, asegura que el monitoreo del fenómeno del hundimiento de CDMX movió a los investigadores por «la construcción del Nuevo Aeropuerto en la Ciudad de México… La idea es ayudar a cuantificar qué tanto se hunde, en tiempo real, es decir, llevar un registro oportuno».
Al momento de la publicación de esta información no se había localizado a la SCT, encargada de la operación del aeropuerto en CDMX.
OTROS CASOS
El hundimiento de la tierra causado por la extracción de agua del subsuelo no es exclusivo de la Ciudad de México. De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, estos son algunos de los casos más estudiados:
- Ciudad de México
- Venecia (Italia)
- Valle de San Joaquín (en Estados Unidos)
- Taipei (Taiwań)
- Tokio (Japón)
- Pekín o Beijing (China)
- Murcia (España)
Fuente: Excélsior