Antes que Hakuna Matata (inmortalizada por Timón y Pumba en El rey león) ya existía Lo más vital, aquella canción que entona el oso Baloo al “cachorro” humano Mowgli en la película El libro de la selva, dirigida por Wolfgang Reitherman. ¿Recuerda su letra?: “Busca lo más vital no más; lo que es necesidad no más, y olvídate de la preocupación…”
Hace 50 años, en Estados Unidos la cinta se estrenó el 18 de octubre de 1967; mientras que su debut en México fue cuatro años después, el 9 de septiembre de 1971 en el cine Tlatelolco (ya desaparecido); duró nueve semanas en cartelera, según datos consultados con la Cineteca Nacional.
Este filme fue el último que supervisó el productor Walt Disney antes de su muerte (15 de diciembre de 1966). Falleció sin conocer que su nueva película se convertiría, entonces, en una de sus grandes obras, pues tuvo un éxito muy similar al de La cenicienta, en 1950. Y a la fecha, hay quienes consideran El libro de la selva como una de las mejores cintas animadas de todos los tiempos, por lo menos en la categoría 2D.
Fue realizada con base en la colección de historias homónimas escritas por el británico Rudyard Kipling, en 1894. Este hombre, de hecho, fue el primero en su nación en ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura (1907), gracias a su originalidad e imaginación.
La trama se desarrolla en India, aproximadamente en el año 1881. Bagheera, una pantera negra, encuentra a Mowgli, un bebé humano al que sus padres pierden en medio de la selva. Lo recoge y lo lleva con una manada de lobos que lo adoptan, le dan nombre y lo educan para sobrevivir.
Sin embargo, un par de años después tienen que ponerlo a salvo de Shere Khan, un tigre bengala que odia al hombre y que está por regresar a la jungla.
Para alejarlo del peligro, Bagheera lleva a Mowgli a una aldea humana, pero él no quiere, así que en algún momento del camino discuten y se distancian. Entonces, el pequeño conoce a Baloo, el oso holgazán, pero amigable y de buen corazón, que se convierte en su mejor amigo y en su maestro de vida.
La relación de Mowgli y Baloo hizo que los niños de aquellos años conocieran con El Libro de la selva el valor de la amistad y aprendieran de un noble acto de protección, pues el oso, al enterarse de los riesgos que corre Mowgli, decide llevarlo a la aldea, pero sin decírselo para evitar lastimarlo.
Conforme avanza la historia, Baloo, Bagheera y Mowgli se enfrentan a varios retos, principalmente auspiciados por la maldad del tigre Shere Khan. Aún así, reina la amistad, la alegría y la confianza de que todo lo bueno pesa más.
Al final, es nuevamente la canción Lo más vital la que acompaña las escenas más conmovedoras: Mowgli se queda en la aldea con los suyos después de conocer a una niña, y Baloo, aunque con la pena de perder a su amigo humano, regresa a la selva con la firmeza de que hizo lo correcto y lo protegió como tenía que hacerlo.
Cuenta la leyenda que la historia escrita por Kipling es sólo una referencia para la película de Disney, pues en realidad son muy diferentes entre sí, principalmente en la cantidad de personajes que aparecen. Se dice que al productor no le agradaban los textos del autor, por lo que decidió contarla a su manera, empezando por eliminar a la mayoría de las figuras del cuento, sobre todo a los humanos.
MÚSICA, MAESTRO
Los principales encargados de ponerle melodía a la historia de Mowgli fueron los hermanos Sherman (Richard y Robert), quienes ya habían dado su talento a otras cintas —también de Disney— como Mary Poppins y Las aventuras de Winnie the Pooh. Además, colaboraron en Los Aristogatos, Snoopy vuelve a casa y un sinnúmero de filmes más.
Los neoyorquinos, que gracias a su participación en películas animadas consiguieron una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, compusieron siete de las ocho canciones que suenan en El libro de la selva; sin embargo, ninguna de ellas trascendió como lo hizo Lo más vital, la única que no compusieron.
Esta melodía, que canta el oso Baloo, es autoría de Terry Gilkyson. Se dice que este hombre fue originalmente contratado por Walt Disney para que compusiera toda la música del filme, pero decidió reemplazarlo por los hermanos Sherman debido a que sus temas eran demasiado oscuros para una cinta infantil.
Lo más vital se quedó por insistencia del equipo de producción e, irónicamente, se convirtió en la más popular y hasta fue nominada al Oscar en la categoría de Mejor Canción Original, en 1968. En aquella edición, el premio lo obtuvo la canción Talk to the animals (Leslie Bricouse), de la película El extravagante Dr. Dolittle, que apenas tuvo éxito en taquilla. De hecho, algunos blogs dedicados a la casa productora Walt Disney aseguran que Lo más vital inspiró a Elton John cuando compuso la música de Hakuna Matata, para la película El rey león, en 1994.
Foto: Especial
Fuente: Excélsior