Tras el terremoto del 19-S, los citadinos salieron al Zócalo, lo inundaron con sus voces, con su energía. Lo llenaron de música. Las calles se abarrotaron. El concierto Estamos Unidos Mexicanos fue un grito que pidió apoyo, solicitó no parar con la ayuda, con el acopio a los damnificados, con la música en el corazón.
18 exponentes musicales ofrecieron sus canciones a cientos de miles de personas que inundaron la explanada y las zonas aledañas.
La cuenta regresiva inició segundos antes de las 17:00 horas del domingo. A través de un video, el actor Diego Luna abrió el concierto Estamos Unidos Mexicanos con un discurso positivo.
“México es un país que no ha acabado de caer y ya ha comenzado a levantarse. México está de pie otra vez. ¡Fuerza México!”, dijo Lupe Esparza y cantó Que no quede huella y Oro, junto al que llamó “el coro más grande del mundo”.
Una brisa ligera y un cielo gris oscuro amenazaron con lluvia, pero nadie se movió de sus lugares. Incluso se movieron al ritmo de Sergio, el bailador.
Bronco, en el primer escenario tardó sólo 16 minutos. A un costado, una segunda plataforma prendió las luces. Camila, a través de la voz de Mario Domm, gritó “México” y le cantó Mientes.
Entre banda y banda, de la cumbia al pop, un mensaje de aliento. Uno que recordó el terremoto de 1985. Una herida que cerró y 32 años después, el mismo 19 de septiembre, volvió a sangrar.
Carlos Rivera cerró la primera hora con temas como Otras vías y un abrazo a la Bandera mexicana.
Acordeón en mano, Julieta Venegas arrancó la segunda hora de Estamos Unidos Mexicanos prácticamente sin lluvia y aún con el sol del atardecer.
¡Viva México chingao! Necesitamos mucha ayuda. Hay un montón de damnificados. Hay que reconstruir nuestras casas, nuestra autoestima”, acotó Venegas y comenzó Andar conmigo, Eres para mí y El presente.
Las imágenes de la devastación del terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter del 19-S también fueron proyectadas en las pantallas del concierto. Con ellas, la ayuda de los voluntarios en cada edificio derrumbado tanto en la Ciudad de México como en los estados. Las historias de vida. Los damnificados.
Sin Bandera, Rock en tu idioma y Ha*Ash también participaron.
A las 19:46 horas se vivió el momento más emotivo del concierto. Se pidió un minuto de silencio por los caídos en el terremoto y el Zócalo calló.
Los asistentes levantaron las manos con los puños cerrados. Algunos ojos se humedecieron. Las sonrisas cerraron los labios. 60 segundos de emociones encontradas, de frío, de tristeza, de recuerdos. Enseguida el canto del Himno Nacional. Un aplauso y un grito repetido de “¡México, México!”
El mariachi salió a tiempo para México lindo y querido, El rey y Cielito lindo en voz de Pepe Aguilar.
Excelsior