Dentro de la catástrofe, los sismos tendrán un impacto positivo, aunque marginal, en el comportamiento de la economía nacional, impulsada por el sector de la construcción.
Alejandro Cervantes, economista senior de Grupo Financiero Banorte, explicó que “usualmente después de un sismo, el PIB no se contrae, al contrario, cuando empiezan las labores de construcción es cuando empezamos a ver un repunte en el PIB”.
El impulso podría verse en el cuarto trimestre del año o a inicios de 2018, por lo que la economía crecerá 1.9% en 2017 y 2.5% el próximo año.
Las labores de reconstrucción y compras minoristas de herramientas y víveres para apoyar a los damnificados serán los detonantes.
Por otra parte, México podría obtener hasta 150 millones de dólares para tareas de reconstrucción tras el sismo en Oaxaca y Chiapas, informó el subsecretario de Hacienda, Fernando Galindo Favela.
Provienen del bono catastrófico del Banco Mundial para hacer frente a daños ocasionados por sismos con intensidad mayor de 7.8 grados.
A su vez, los empresarios crearon el fideicomiso Fuerza México para obtener recursos para la reconstrucción. Se busca “recibir donativos y multiplicarlos para tener mayor penetración en casas y viviendas donde al gobierno no le vaya a alcanzar en sus programas”, dijo Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Excelsior