Estigmatizados por los simpatizantes de Ricardo Anaya como traidores, los panistas Ernesto Cordero, Javier Lozano, Jorge Luis Lavalle y Octavio Pedroza aclaran que no son incondicionales del PRI y Emilio Gamboa; lo que hicieron fue evitar que la necedad de Ricardo Anaya excluyera al PAN del poder en el Senado y que sus intereses personales llevaran al panismo al fracaso legislativo.
En entrevistas por separado y escritos que ellos mismos han mandado a sus compañeros de partido, en medio de la amenaza de ser expulsados del PAN, los senadores panistas recuerdan que fue Ricardo Anaya el que aprobó el aval del PAN al pase automático del Procurador General de la República a Fiscal General de la República, y lo hizo cuando el que tenía ese derecho era Jesús Murillo Karam.
En efecto, la reforma constitucional que incluyó el pase automático del Procurador General de la República en Fiscal General de la República fue firmada por Ricardo Anaya, en su calidad de presidente de la Cámara de Diputados y votada por él en favor, de acuerdo con el historial de votaciones que se puede consultar en la página web de la Cámara de Diputados.
Y también el historial permite observar que el 10 de diciembre de 2014, cuando la Cámara de Diputados aprobó la Ley de la Fiscalía General de la República, el PAN aportó 96 de los 370 votos aprobatorios; Acción Nacional no tuvo ningún voto en contra, y en el listado de los votantes, en el número 96 aparece Damián Zepeda, actual secretario general de Acción Nacional.
En contraste, el partido que más votos en contra tuvo fue el PRD, al aportar 30 de los 46 votos en contra, porque si esa ley hubiera sido aprobada por el Senado en diciembre mismo, como estaba planeado, iba a permitir que el entonces procurador, Jesús Murillo Karam, se quedara nueve años, en plena crisis por la desaparición de 43 jóvenes de la normal de Ayotzinapa; la izquierda frenó esa minuta en el Senado, pero el PAN no.
Excelsior
