Aviones de combate de ambas naciones realizaron ensayos con fuego real en la provincia de Gangwon, a 150 kilómetros al sur de la frontera que divide las dos Coreas
Aviones de combate de Estados Unidos y Corea del Sur realizaron hoy una demostración de fuerza en la península coreana, coincidiendo con el fin de las maniobras militares conjuntas, dos días después de que Corea del Norte lanzó un misil balístico que sobrevoló territorio japonés.
Dos bombarderos B-1B de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, procedentes de su base en la isla de Guam, en el Pacífico, así como dos cazas F-35 de la base de Iwakuni, en Japón, participaron en las maniobras, junto a cuatro cazabombarderos F-35B surcoreanos, informaron fuentes castrenses locales.
Los aviones han realizado ensayos con fuego real en la provincia de Gangwon, en el este de Corea del Sur y a 150 kilómetros al sur de la zona desmilitarizada que divide a las dos Coreas.
Las aeronaves llevaron a cabo un simulacro de bombardeo aire-tierra que simulaba un “ataque quirúrgico” de las instalaciones clave del enemigo, sobrevolando la cordillera Pilseung, en la provincia de Gangwon, precisó la Fuerza Aérea surcoreana en un comunicado difundido por la agencia de noticias Yonhap.
El ejercicio fue diseñado para “contrarrestar las repetidas pruebas de misiles balísticos de Corea del Norte y el desarrollo de sus armas nucleares».
Además, el ejercicio “demuestra la absoluta determinación de los aliados para hacer frente a las provocaciones de Corea del Norte que amenazan la paz regional y global”, dijo el comandante de la Fuerza Aérea de Corea del Sur, Won In-chul, en declaraciones a Yonhap.
Un vocero de la Fuerza Aérea precisó que el ejercicio de este jueves no tiene nada que ver con las maniobras militares anuales “Ulchi Freedom Guardian”, en las cuales 50 mil soldados surcoreanos y 17 mil 500 estadunidenses, incluidos tres mil desplegados en el extranjero, participaron durante casi dos semanas.
Las maniobras, que terminaron este jueves, se centraron en juegos de guerra basados en el Plan Operativo 5015 de ambos países para una situación de emergencia en la península coreana y las estrategias de disuasión conjuntas.
Estas maniobras suelen generar fuertes protestas de Corea del Norte, ya que su líder Kim Jong-un las considera como un simulacro de una invasión de su país y las emplea como justificación para continuar sus ensayos nucleares y de misiles.
El martes pasado, Corea del Norte disparó un misil balístico de alcance intermedio que cayó en el océano Pacífico, a unos mil 180 kilómetros al este de la costa de Japón y a más de dos mil 700 kilómetros del lugar del lanzamiento, tras sobrevolar la isla de Hokkaido, la más septentrional del archipiélago japonés.
Corea del Norte, que se proclamó potencia nuclear en 2005, argumenta que la presencia de miles de soldados estadunidenses en Corea del Sur y la política “hostil” de Washington justifican su búsqueda de armas nucleares y misiles de largo alcance.
Excelsior