Doug Bergeson trabajaba en su casa cuando accidentalmente la pistola de clavos se disparó; médicos reportaron que estuvo cerca de dar en una arteria importante
Un hombre de Wisconsin con un clavo en el pecho que se le incrustó debido a un disparo accidental de su pistola para clavar mientras trabajaba en su casa, logró llegar al hospital e incluso aparcar su automóvil.
Doug Bergeson está listo para regresar a trabajar esta semana luego de sobrevivir al incidente del 25 de junio, que de acuerdo con los médicos lo llevó cerca de la muerte.
Bergeson dijo The Associated Press que estaba trabajando en el marco de la chimenea de su casa ubicada cerca de Peshtigo, en el noreste de Wisconsin, cuando su pistola para clavar se disparó accidentalmente, y un clavo rebotó en la madera hacia su pecho.
Pensé que sólo me había hecho un rasguño. Vi hacia abajo y no pude avistar nada”, contó Bergeson en una entrevista el martes. “Me sentí bien. No estaba preocupado por la herida. No podía sentir ninguna presión o sangre que se acumulara”, añadió.
Conforme fue tirando de su sudadera, el hombre de 52 años dijo que se dio cuenta que alrededor de 2 centímetros y medio del clavo de 9 centímetros sobresalía de su pecho.
Podía ver el clavo moviéndose al mismo ritmo del latido de mi corazón”, explicó. Bergeson dijo que “el sentido común” fue lo que evitó que sacara el clavo de su pecho.
El hombre dijo que se lavó y que manejó con calma hasta el Hospital de Marinette, a 10 minutos de su casa. Aparcó y entró a la sala de emergencias.
Luego de que le tomaran radiografías fue trasladado a un hospital en Green Bay, donde los cirujanos le retiraron el clavo.
El médico Alexander Roitstein confirmó que el clavo estaba a una fracción de pulgada de afectar una arteria importante. Dijo que fue difícil evaluar qué tan profundo había penetrado el clavo, pero que le dejó moretones y un agujero.
Doug Bergeson pasó dos días en el hospital y desde entonces se recupera en su hogar. Esta semana volverá a trabajar.
“Me siento muy bien. Estoy de regreso a hacer las cosas pero con más cuidado. Fue una experiencia que me abrió los ojos”.
Excelsior