Enérgico, apasionado y entregado a su labor como paramédico, Alfonso Piña Moreno, quien se dedica al servicio de emergencias desde hace 23 años siempre fue una persona muy sana, una falla renal puso en riesgo su vida y el trasplante de un riñón era una necesidad urgente; sin embargo, la valentía de un ser querido le devolvió la oportunidad de seguir salvando vidas.
Alfonso comenta que una constante hinchazón en sus pies y el cansancio al caminar, incluso distancias cortas, fueron los primeros síntomas de un malestar que lo llevó a acudir al médico a mediados del 2015, previo a la peregrinación hacia al Tepeyac, a la que año con año asistía. Primero fue con un cardiólogo, este le recomendó hacerse unos estudios; posteriormente un nefrólogo le informó sobre su situación de salud.
“Después de los laboratorios, me sacan otros y ya ven que traigo una falla renal, alteraciones en la creatinina y en la urea, fui yo sin saber absolutamente nada de esto. El doctor que me atendió me derivó con un nefrólogo, y ahí con el nefrólogo es cuando me dicen: mira tu situación es grave, es hemodiálisis, diálisis o trasplante, yo la verdad salí muy asustado de ese lugar, porque yo no me lo esperaba, yo iba a checarme nada más de cualquier cosa y resulta que me dicen o te dializamos o mueres o trasplante”.
Durante cuatro meses fue sometido a diálisis, pero no perdió la esperanza y acudió al Hospital General, donde le explicaron sobre los protocolos de trasplantes cadavéricos (que corresponden a personas que perdieron la vida) y trasplantes de donadores vivos.
En el hospital se creó una lista con relación al tipo de trasplantes, aunque los especialistas advirtieron que no era la definitiva, sino un primer paso. Recuerda que su opción en ese momento era el de recibir el riñón de un cadáver y así lo expresó; pero su valiente esposa tomó la palabra y refirió que ella sería la donadora.
“Obviamente yo no tenía quien me fuera donar y ahí empezaron la lista empezó a decir la gente: me lo va a dar mi mamá, otras de un cadáver y así. Llegué yo y dije va a ser de un cadáver, pero en eso salió la voz de mi esposa que yo sin decirle nada y lo agradezco mucho, de ella salió decir que iba a ser de un paciente vivo y que iba a ser ella, así empezamos”.
El paciente y su familia decidieron llevar a cabo el trasplante en un hospital privado, este se efectuó el 21 de marzo del 2016.
Pese a que Alfonso debe tomar medicamentos por el resto de su vida, hoy refiere que ya puede hacer su trabajo de manera normal. Alfonso continúa salvando vidas.
”Después del trasplante a una persona le cambia la vida totalmente, le cambia la vida porque por ejemplo hoy ya puedo hacer mi trabajo normal, ve ahorita, estoy trabajando; hago lo que siempre he hecho y lo sigo haciendo, nada más que ahora si nos tenemos que cuidar, tomar los medicamentos siempre, el resto de que nos quede de vida y no hay de otra”.
De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) en México hay 13 mil 302 personas que se encuentran en lista de espera para recibir un riñón, 7 mil 735 que esperan un trasplante de córnea, 355 que requieren un trasplante de hígado y 45 que esperan un corazón.
Las instituciones de salud en el país tienen como propósito promover la donación y salvar más vidas; en su tarea, se enfrentan a obstáculos como la falta de una ley que trate el tema, la ignorancia, los mitos y el temor, así lo señala la coordinadora de Procuración y Donación de Órganos y Tejidos del Hospital General Regional número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, Irene García Hernández.
“Desde el tráfico de órganos, el tráfico de influencias, porque así no los ha hecho ver la gente; y la verdad esto no, porque esto está normado, esto ya es con base en la ley. La ley general de salud, yo no digo que no, pero nadie está por encima de la ley. Entonces no puede haber tráfico de órganos porque para eso hay una institución que rige al donante (…) También la gente tiene la idea de que yo voy a tener en el refrigerador un corazón, un riñón, un hígado y eso se llama ignorancia”.
Pese a este panorama, el IMSS Querétaro ha registrado tres donaciones multiorgánicas en lo que va del año, las tres corresponden a personas que tuvieron muerte encefálica luego de accidentes. En las primeras dos se donados los riñones y ambas córneas; en la última que se efectuó el pasado 13 de agosto, fueron donados los riñones y el hígado.
La doctora Irene invita a la población a sumarse a esta causa y a manifestar su deseo de donar ante alguna situación trágica que pudiera presentarse, así mismo lo resalta Josué Hernández Álvarez, quien fue testigo de la muerte de su novia Decirel Sánchez y de la valentía de la familia para aceptar la donación, esto ocurrió en el 2015.
“Es importante también hacerlo saber a nuestros familiares, porque en momentos difíciles es muy complicado que llegues a tomar la decisión de poder donar órganos y si tú en algún momento no lo dijiste, cuando sea el momento difícil, menos lo vas a hacer, por eso es importante tanto hacer difusión como poder platicar nosotros como personas a nuestros familiares y amigos, que se respete la decisión de donar órganos”.
Desde hace año y medio Josué imparte pláticas de concientización sobre la donación en empresas, instituciones académicas y en jornadas de salud. Su último proyecto ha sido presentado al municipio de Querétaro y considera la elección de un árbol en La Alameda para conmemorar a los donadores de órganos.
Aún queda un camino largo por recorrer; pero informarse adecuadamente y tener voluntad pueden salvar muchas vidas.
Por: Iraí Silva
