La LPGA, organismo que rige el golf femenino, enciende la polémica luego de que a partir del martes quedaran prohibidos los escotes y las minifaldas como parte de las nuevas medidas del código de vestimenta.
El argumento que se da para la implementación de estos cambios es que: “Cuando se está en el campo de juego, el único objetivo de las deportistas es competir con unas normas que no generen ningún tipo de controversia o deriven en otros elementos extradeportivos”, reza el comunicado enviado vía correo electrónico por la presidente de la LPGA, Vicki Goetze-Ackerman.
El castigo para las golfistas que incumplan con estas normas será de mil dólares cuando se trate de la primera infracción, pero se duplicará a medida que se vayan dando más violaciones a las normas por una misma deportista.
El pasado fin de semana durante la celebración del Abierto de Estados Unidos Femenino en el Club Trump National Bedminster, propiedad del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, todas las golfistas ya vistieron de acuerdo al nuevo código incluida la campeona Park Sung-Hyun.
DEPORTE HISTÓRICAMENTE VETADO PARA MUJERES
Lo que no explica es qué entiende la LPGA por «reflejar una imagen positiva» del deporte del golf, que históricamente había sido vetado para mujeres y que el torneo emblema del golf, el Masters de Augusta, abrió sus puertas a sus primeras dos socias hace tan solo cinco años. Una única mujer, Virginia Rometty, ejecutiva de IBM, ha conseguido vestir la chaqueta verde que distingue a sus más de 300 socios.
El porcentaje de jugadoras (que puedan participar como invitadas) en el campo continúa por debajo del 15 por ciento y a pesar de que varias de las mejores golfistas del mundo han exigido la celebración de un Masters de Augusta femenino, su petición hasta ahora no ha tenido respuesta en ningún sentido.
Fuente: Mediotiempo
