Las altas temperaturas que azotaron la tarde de ayer a Madrid fueron el preámbulo para la fiebre musical que invadió al Estadio Vicente Calderón con el concierto de Alejandro Sanz.
Más de 50 mil personas, la mayoría mujeres y muchas de ellas en short, disfrutaron ayer del show Más es más, con el que el cantautor celebró los 20 años del lanzamiento de su disco Más, que se convirtió en un referente en su carrera tras editarse en el verano de 1997.
Clubs de fans de distintos países se dieron cita en el legendario estadio, en lo que fue su último evento antes de ser derrumbado.
Dos chicas mexicanas, Lizbeth y Mariana, originarias de Tampico, viajaron a Madrid con el único pretexto de ver a su ídolo.
“Compramos los boletos desde febrero, el día que salieron a la venta. Se acabaron muy rápido pero afortunadamente alcanzamos.
Hemos gastado como 30 mil pesos entre los boletos, avión, hospedaje y alimentos, pero estar con Sanz vale la pena”, dijeron emocionadas.
La espera fue soportada por las fans de Sanz haciendo la ola mexicana y con gritos de “¡Alejandro! ¡Alejandro!” y luego por chiflidos porque el inicio se retrasó.
Sin embargo, en cuanto se iluminó el escenario y sonaron los primeros acordes todo se olvidó y la emoción se desbordó.
Alejandro apareció vestido de negro materialmente de en medio del público, al centro de la cancha donde han jugado grandes estrellas del futbol. Surgió de uno de los largos brazos que daban forma al majestuoso escenario.
Su primer artista invitado fue Dany Martin quien arrancó los gritos del público.
Uno de los momentos cumbre que mostró que sería una noche musical ideal para sus seguidores fue la aparición de la italiana Laura Pausini, quien mostró su potente voz, así como el cariño y admiración que le tiene.
El show siguió con Antonio Carmona pero los fans estallaron de nuevo con la aparición del colombiano Juanes.
Malú siguió en la lista de los amigos del español, que junto a Antonio Orozco hizo un llamado por la paz y la unión en el mundo con la aparición de distintas banderas, incluyendo la mexicana.
Ésa fue la ocasión para que un grupo de niños acompañara al cantautor y sus coristas.
De esta manera siguieron escuchándose uno a uno los éxitos que el cantautor ha logrado a lo largo de su carrera como Canto para ti, Pisando fuerte, La fuerza del corazón, Amiga mía, Aquello que me diste, Y, ¿Si fuera ella? y Hoy que no estás.
Pastora Soler y Pablo Alborán volvieron a prender al público quien se mantenía materialmente de pie y cantando cada uno de los temas.
El cansancio no importaba si se trataba de disfrutar y participar en la celebración de Alejandro.
Y mientras la atención estaba en el escenario del centro de la cancha y de entre el público emergió otro de los invitados: Miguel Bosé.
Fue el momento para que “lata el corazón de Madrid” y que llegara el gran éxito Corazón partí’o, con la voz de Sanz y Vicente Amigo, considerado el mejor guitarrista de España.
A punto de cumplir dos horas de show India Martínez y Vanessa Martin pusieron el toque rítmico, lo cual continuó con el dominicano Juan Luis Guerra.
Toco el turno de los mexicanos Jeese & Joy quienes no dejaron que el entusiasmo cayera con No soy una de esas, que preparó el camino para el final que ya se acercaba.
Incluso una playera de la Selección Nacional de México cayó sobre el escenario, la cual recogió el artista español para agradecer y guardarla.
Niña Pastori volvió a meter el toque romántico al poner a todos a cantar Cuando nadie me ve.
Así fue como apareció David Bisbal para interpretar a dueto Y si fuera ella, arrancando los suspiros y los piropos de las chicas, muchas de las cuales ya estaban embriagadas de música y de cervezas para mitigar el calor que se sentía a pesar de que ya pasaba la medianoche.
Y después de que Sanz y Bisbal firmaran otro de los grandes momentos de la velada, llegó Manuel Carrasco, quien hizo que esos gritos se prolongaran con su presencia y estilo al cantar Ese último momento.
Antes de concluir, Alejandro Sanz pidió un aplauso grande para decirle adiós al Estadio Vicente Calderón, hogar del equipo de futbol Atlético de Madrid.
“Que mejor forma de despedir a este estadio que con este espectáculo. Gracias, los quiero un chingo”.
Me voy a despedir y luego ustedes gritan otra, otra, ya saben cómo es esto”, pronunció con simpatía el madrileño, mientras preparaba la gran despedida con Lo ves, No es lo mismo y Tu letra podré acariciar, que en compañía de su piano.
Pisando fuerte, otro de sus grandes clásicos, selló la velada en la capital española que jamás dejó de arder.