Veinte votos no bastaron para impulsar un resolutivo de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra la estrategia del presidente venezolano, Nicolás Maduro, para desmantelar la Asamblea Legislativa y convocar a un constitutivo a modo. Ocho países latinoamericanos optaron por la abstención, lo que fue determinante para no lograr la mayoría calificada que se requería para que el documento fuera aprobado.
Tampoco prosperó la propuesta de México de continuar la discusión sobre la crisis venezolana en el marco de la planearía que sesiona en Cancún.
Así, la OEA no logró superar la prueba de la llamada Carta Democrática, la premisa de que el Consejo Permanente del organismo debería sesionar en caso de que “se produzcan hechos que ocasionen una interrupción abrupta o irregular del proceso político institucional democrático o del legítimo ejercicio del poder por un gobierno democráticamente electo en cualquiera de los Estados miembros de la Organización” y adoptar las decisiones que se estime apropiadas para la preservación y fortalecimiento de los sistemas democráticos.
La inacción terminó por imponerse desde la reunión consultiva de este lunes. Quienes deseaban impugnar a Maduro no lograron las dos terceras partes de la votación y la representación venezolana y sus cada vez más escasos aliados no lograron cerrar en definitiva la discusión.
La presidencia de la plenaria consultiva, a cargo del guatemalteco Carlos Raúl Morales, cerró abruptamente la reunión pocos minutos antes de la ceremonia nocturna que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto. Morales indicó que Venezuela era un tema de fondo y por tanto no podía darse por terminado a través de votación. Su solución salomónica fue declarar una “suspensión” de la reunión y su inicio no será inmediato, sino que se buscará acordar una fecha, incierta aún. La suspensión se dio ante la gritería de algunos representantes que deseaban continuar la discusión.
Los países que se abstuvieron de aprobar un resolutivo impugnando las acciones de Maduro, no debieron enfrentarse al dilema de votar la prolongación de la discusión.
UNA OEA INMOVILIZADA. La votación en torno a Venezuela transcurrió como estaba previsto: México, Argentina, Brasil y Estados Unidos impulsando un resolutivo contundente, dirigido a aplicar el criterio de que debía haber elecciones libres y no un proceso constituyente que excluye a los opositores.
Pero Ecuador, El Salvador, Granada, Haití y la República Dominicana comenzaron a abstenerse de votar. La representación de la República Dominicana fue la que pidió la palabra para exponer que no se trata de apoyar (con la abstención) a una de las partes en la pugna venezolana, sino de darles espacio para que el diálogo prospere.
Nicaragua exhortó abiertamente a no intervenir en Venezuela. La amenaza de que este país abandonaría la sesión no se cumplió, pero esto terminó favoreciendo a los intereses de Maduro. La voz nicaragüense incluso se opuso a dejar abierto el debate sobre Venezuela y pidió votación para lograr el final de la sesión consultiva de acuerdo a los procedimientos aprobados. Bolivia se sumó a esta postura.
Lo único que quedó a quienes impulsaban un resolutivo contra Maduro fue argumentar en una última ronda de oradores: “¿Desde cuándo defender la democracia es intervencionismo?”, preguntó el representante chileno. La representante haitiana fue más lejos y señaló que había países ocultándose en temas procedimientos por no atreverse a apoyar la democracia.
Brasil expuso que no se cansaba de recordar que, cuando los militares dominaron su gobierno, a los brasileños no se les ocurría apelar a la no intervención, “por el contrario fue algo que en Brasil deseábamos. Hay presos políticos, es una dictadura”, se escuchó en portugués.
Costa Rica sentenció que lo ocurrido será reprochado en el futuro y debilita a la organización. “Le quedamos mal a la comunidad internacional y a venezolanos; por la vía más fácil, la inacción, la indiferencia y eso nos será reprochado”.
20 países que están a favor de intervenir en el proceso venezolano, 8 países que se abstienen. De 34. La mayoría clara no sirvió de nada.
Foto: Especial
Fuente: Crónica