Bashar al-Assad dijo en entrevista con AFP que está dispuesto a que lo investiguen, pero solo países imparciales
El presidente sirio Bashar al-Assad acusó a los países occidentales de haber montado el presunto ataque químico en la ciudad de Jan Sheijun, que tensó las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.
En entrevista con la agencia de noticias AFP en Damasco, el presidente sirio negó la participación de su ejército en el ataque del 4 de abril, que dejó un saldo de 87 personas fallecidas.
«Para nosotros, es un invento al 100%», dijo en sus primeras declaraciones desde este ataque que provocó una ola de indignación en el mundo.
El jueves 6 de abril, el presidente Donald Trump ordenó atacar una base aérea del gobierno sirio en respuesta al ataque químico supuestamente cometido por el régimen de Assad.
Bashar al-Assad no sólo negó su participación en el ataque químico, sino que acusó a Estados Unidos de haber «montado» la historia.
«Nuestra impresión es que Occidente, principalmente Estados Unidos […] es cómplice de los terroristas y montó toda esta historia para que sirviera de pretexto al ataque estadounidense». Bashar al-Assad
El jefe de Estado sirio aseguró que el régimen ya no posee armas químicas.
«Hace varios años, en 2013, renunciamos a todo nuestro arsenal […] E incluso si tuviéramos dichas armas, nunca las habríamos usado», dijo Bashar al-Assad.
El conflicto entre Estados Unidos y Rusia
Estados Unidos y Rusia se enfrentaron en declaraciones en los últimos días sobre el presunto ataque químico en la ciudad siria de Jan Sheijun. Moscú incluso suspendió el acuerdo de prevención de incidentes aéreos en vigor en Siria.
La crispación entre estadounidenses y rusos fue palpable durante la primera visita del secretario de Estado Rex Tillerson a Moscú, donde el miércoles se reunió con el presidente Vladimir Putin y con su homólogo Serguei Lavrov.
En Moscú, Tillerson, que en sus primeros pasos como secretario de Estado pareció aceptar la permanencia de Asad en el poder, exigió la salida «organizada» del líder sirio como parte de una transición política.
Serguei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, le recordó los caos provocados, según él, por el derrocamiento de dictadores como el iraquí Sadam Husein o el libio Muamar el Gadafi.
La relación se tensó a tal nivel que incluso el presidente Donald Trump reconoció en Washington que actualmente no se entienden para nada con Rusia e indicó que la relación ha tocado «quizás un mínimo» histórico. Después, matizó diciendo que las cosas con Rusia «van a arreglarse».
Putin consideró por su parte que las relaciones se habían deteriorado desde la llegada de Trump a la Casa Blanca.
El miércoles 12 de abril, Rusia vetó un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU presentado por Estados Unidos, Reino Unido y Francia que pedía una investigación sobre el ataque químico en Jan Sheijun.
Es la octava vez en más de seis años de guerra que Moscú bloquea una acción de la ONU contra su aliado sirio.
El régimen sirio acepta una investigación, pero solo si es imparcial
Bashar al-Assad respondió que solo aceptará una investigación «si es imparcial, asegurándonos de que países imparciales participen en ella, para estar seguros de que no se use con fines políticos».
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAC) ha abierto una investigación sobre el presunto ataque.
Assad, de 51 años, preside Siria desde 2000, tras la muerte de su padre, que dirigió el país con mano de hierro durante tres décadas.
Moscú respalda militarmente a Damasco desde septiembre de 2015 y Estados Unidos dirige desde un año antes una coalición internacional que lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Uno de los ataques de esta coalición mató por error el martes a 18 combatientes aliados de las Fuerzas Democráticas Sirias en el nordeste del país, según el mando de las fuerzas estadounidenses.
Fuente: Huffington Post