Rusia vetó, en el Consejo de Seguridad de la ONU, una resolución presentada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido para condenar el ataque químico de la semana pasada en Siria y pedir al régimen que colabore con la investigación.
El texto recibió 10 votos a favor, tres abstenciones y dos votos en contra, de Bolivia y Rusia, que hizo valer su derecho de veto como miembro permanente.
Se trata de la octava ocasión en la que Moscú bloquea una resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad desde el inicio de la guerra en Siria, hace más de seis años.
En varias ocasiones, su postura ha sido respaldada por China, que hoy se abstuvo junto a Kazajistán y Etiopía.
Justo antes de la votación, el embajador ruso, Vladimir Safronkov, criticó por inoportuno el momento elegido por las potencias occidentales para votar el texto.
Safronkov aseguró que el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, propuso a su homólogo estadunidense, Rex Tillerson, que los dos países envíen a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) una comunicación conjunta para que envíe expertos a la zona del ataque químico y la base aérea desde la que según Washington se efectuó y que fue después bombardeada por EU.
Según el diplomático ruso, Tillerson está considerando la idea y su país confía en una respuesta positiva.
Tanto Tillerson como Lavrov subrayaron en Moscú que debe haber una investigación internacional del ataque, algo que sus dos países han defendido repetidamente.
Sin embargo, las dos partes han sido incapaces de ponerse de acuerdo sobre un texto en Naciones Unidas.
Las potencias occidentales presentaron la pasada semana un primer borrador que fue tachado de «inaceptable» por Rusia y esta semana volvieron a la carga con una versión ligeramente revisada.
El documento vetado por Rusia condenaba el «supuesto ataque» registrado el 4 de abril en la localidad de Jan Shijún y subrayaba la necesidad de que los responsables rindan cuentas.
Para ello, daba apoyo a la investigación en curso de la OPAQ y pedía a todas las partes cooperación con ella.
En concreto, reclamaba al régimen sirio que diese acceso a los expertos a información como los historiales de vuelo de su aviación, a los nombres de individuos al mando de escuadrones de helicópteros y a las bases aéreas.
Aunque EU, Francia y el Reino Unido han responsabilizado abiertamente al gobierno de Bashar al Assad del ataque, en el texto no se señalaba a nadie como responsable.
Fuente: Excélsior