No hizo falta nada más; ni pantallas, ni luces espectaculares —de hecho Pablo Milanés pidió que no encendieran unas que lastimaban al público—, ni grandes bandas y mucho menos bailarinas para que el cubano, junto con su hija Haydée, llenaran El Plaza Condesa de una atmósfera de sentimientos y reflexión con su gira Amor.
El espectáculo, realizado la noche del viernes, fue pensado y creado por la joven como un homenaje a su padre, y fue la primera vez que se presentan juntos fuera de Cuba.
México fue el lugar que Pablo escogió para hacer este primer concierto de padre e hija fuera de la isla y la razón fue simple, es aquí donde su carrera se catapultó internacionalmente y donde ha sentido el cariño del público con más fuerza.
Gracias… Buenas noches. Encantado de estar aquí otra vez en el país que me acogió internacionalmente y espero que lo hagan con ella (refiriéndose a Haydée), por eso le dije ‘vamos a hacerlo primero allá, en México’, y aquí estamos”, dijo el cantautor a manera de saludo, después de que a dúo cantaron Sí ella me faltara alguna vez, tema con el que apareció en el escenario vestido de negro. Cabe resaltar que la melodía fue la única que el cantautor pidió que se incluyera en el material discográfico que da nombre al espectáculo.
Todo comenzó a las 21:14 horas cuando las mil 200 personas que llenaron el lugar —acomodadas en sillas dispuestas en el foro— tomaron su lugar y esperaban con ánimo a que arrancara el concierto.
Los cuatro músicos que acompañaron a los cantautores comenzaron a tocar los acordes de La música, tema con que inició Haydée, quien apareció con un vestido blanco.
Siguió con La gloria eres tú y continúo con Son para un festival, para después dar la bienvenida a su padre, quien se quedó sólo en el escenario con temas como Nostalgias.
Entre canción y canción, Milanés daba antecedentes del tema. De hecho, en esta ocasión se notó más comunicativo con su público y hasta simpático, arrancando algunas risas.
Ésta es una canción que dediqué a mi esposa Nancy… no hay nada más hermoso que ver a tu esposa dormida a las cinco de la mañana, tan plácidamente, tan hermosamente… tan calladamente”, dijo entre risas del público, antes de comenzar con Matinal.
Las sorpresas para México se siguieron dando, pues Pablo Milanés estrenó un tema que más adelante grabará, pero que fue primicia para el público mexicano.
Vestida de mar es otra visión de La Habana menos turística, más dolorosa… Es un estreno, todavía no está en ningún disco”, dijo el cantautor de 74 años a su público que escuchó con atención la letra de este tema que habla del renacer de Cuba, pero con grandes ausencias. Es su visión de la isla sin Fidel Castro.
“El amor es el motor para hacer este disco y Amor es un tema que mi padre le dedicó a mi madre”, dijo Haydée como introducción a la canción que el público premió con gritos y aplausos, mientras la chica agradeció al público emocionada. Temas de añoranza como Éxodo, de nostalgia como Ya ves, Te espera una noche de éxitos, El amor de mi vida y Para vivir— que tiene 50 años desde que Pablo la compuso y que el público interpretó con los cubanos.
Siguieron Ámame como soy, De qué callada manera y Yolanda (Te amo), que fueron la entrega total del público a los cantantes.
Gracias… gracias… muchas gracias a Mexico por querer tanto a mi padre y gracias por acoger con cariño a tantos cubanos aquí”, dijo Haydée para arrancar con El breve espacio, canción con la que pretendieron despedirse, pero tras la insistencia del público volvieron con Hoy la ví, corte con el que cerraron el concierto tras 20 melodías y casi hora y media de show.
Así, Pablo y su hija Haydée mandaban abrazos y besos al público que de pie los aplaudió, para perderse tras el escenario.