Representan un discurso de odio, descalificación y desprecio contra connacionales en Estados Unidos, asegura la Comisión; discriminación racial frena cooperación internacional y paz
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó la política migratoria discriminatoria de Estados Unidos y las expresiones ofensivas y xenófobas de algunas autoridades, que representan «un discurso de odio, descalificación y desprecio», en especial contra mexicanos indocumentados.
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se conmemora el 21 de marzo, la CNDH sostuvo que actitudes de este tipo atentan contra la dignidad de los compatriotas, los vuelven vulnerables y víctimas de la discriminación, fenómeno incompatible con la dignidad de las personas.
Además, la comisión recordó que la doctrina de superioridad racial es científicamente falsa y moralmente condenable, «por lo cual expresa enérgicamente su total rechazo a las políticas supremacistas«.
La CNDH recordó que en México la discriminación está terminantemente prohibida por el Artículo Primero Constitucional por razones de género, edad, religión, condición, salud, opiniones, preferencias sexuales y por cualquier otra razón.
Condenó la política que niega los derechos humanos de los connacionales en el contexto de la migración en Estados Unidos, así como las acciones que representan intolerancia, exclusión y violencia.
Las expresiones que criminalizan y estigmatizan a los mexicanos, sin respeto a su dignidad humana, constituyen una violación a sus derechos fundamentales. «De manera especial destacan aquellas mediante las cuales los califican como criminales, traficantes de drogas, pandilleros y violadores».
Además, el organismo defensor mostró su preocupación por lo que ocurre en el sur de México, por el trato discriminatorio y de exclusión que reciben los migrantes centroamericanos, que huyen de la pobreza y la violencia en sus países.
«La CNDH alerta sobre distintas formas de discriminación, además de racial, que están presentes en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana —que desgraciadamente se perciben como normales— a las que debe prestarse atención y acción permanente por parte de las instituciones gubernamentales.»
Para resolver este problema, es necesario fortalecer la tolerancia y la cultura de la legalidad, pues tan grave es la falta en sí, como su consentimiento u oculmamiento, sobre todo cuando muchas personas son hoy en día víctimas de racismo, discriminación racial y xenofobia.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de su resolución 2142, reconoce a la discriminación racial como un obstáculo para la cooperación internacional y la paz, y considera esta conmemoración como una oportunidad para renovar el compromiso de construir un mundo de justicia e igualdad.
Fuente: Excélsior